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Cristina Kirchner prolonga su silencio y el Gobierno lo entiende como un “aval pragmático” al plan Batakis

“Pedirle a Cristina que milite los anuncios de [Silvina] Batakis es ingenuo. Pero también es ingenuo pensar que su silencio no es un aval”. La interpretación del mutismo que adoptó hasta ahora la vicepresidenta tras el mensaje fiscalista de la ministra de Economía viene de un estrechísimo colaborador de Alberto Fernández. Es una presunción que comparte buena parte del entorno presidencial, que interpreta en la actitud de la exmandataria un “giro pragmático” para frenar una espiral inflacionaria y un sacudón financiero imposible de domar.El clima en el gobierno es, sin embargo, de desconcierto. Nadie que haya hablado con el Presidente en las últimas horas comprende cabalmente hasta dónde llega la tregua que selló con Cristina Kirchner, ni cuánto puede durar. En el manual del kirchnerismo figura que nadie puede ser exégeta de la vice. Ni de sus palabras ni de sus silencios.Por lo pronto, según pudo saber LA NACION, Cristina Kirchner no tiene previsto realizar un acto esta semana como hizo en las tres anteriores. Todo puede cambiar (el factor sorpresa también es un sello K), pero esa “no agenda” es un dato en sí mismo. Quienes estuvieron cerca del Presidente en las últimas horas dicen que entre él y la vicepresidenta todo sigue “tranquilo”. El acuerdo entre ambos sería más de forma que una resolución a las diferencias de fondo que persisten entre los dos.“¡¿Qué va a decir Cristina?! Si habla tiene que dirigirse a su electorado, hablarle a los propios y ese mensaje puede ser muy complicado en este momento”, dijo una persona que se mantuvo cerca de Fernández en las últimas horas.Un importantísimo funcionario que dialogó con Batakis en las horas previas al anuncio del lunes aseguró a LA NACION que la flamante ministra expresó su voluntad de hablar con Cristina acerca de lo que iba a comunicar. “Se supone que Cristina sabía de las medidas y que ahora no debería reaccionar. Pero es solo una suposición”, dijo, luego de que Batakis afirmara que no se va a gastar más de lo que el Estado tiene. Otro colaborador de la Casa Rosada también dejó entrever que la ministra de Economía mantiene interlocución con la vicepresidenta.La ministra de Economía, Silvana Batakis“Sincera y sencillamente”Antes del reencuentro con Fernández, el día de la renuncia de Martín Guzmán, Cristina dijo en Ensenada que “sincera y sencillamente” no creía que el déficit fiscal “sea esa la causa de la inflación estructural”. Pero a la salida del ministro de Economía sobrevino un fuerte tembladeral financiero acompañado por una pronunciada remarcación de precios (en el oficialismo no descartan que la inflación de julio supere los 6 puntos). La coyuntura se complicó seriamente. “Ella puede ser muy pragmática también. ¿O no fue pragmática cuando eligió a Alberto para Presidente?”, dijo un funcionario que conoce de cerca tanto a la exmandataria como a FernándezY analizó: “Nadie sabe qué puede hacer Cristina, pero todo indica que el encono con Guzmán era más personal y político que económico. Era sabido que cualquiera que viniera iba a tener que hacer lo mismo que Guzmán o inclusive más inclinado a la ortodoxia. Ella misma tuvo que devaluar en 2014. Por entonces la inflación estaba en torno al 20%. Hoy ya estamos hablando del 80%”. Era una alusión al “fabregazo”, el salto devaluatorio que habilitó el extitular del BCRA Juan Carlos Fábrega, con Axel Kicillof como ministro de Economía. Y agregó: “Es sabido por ella y por todos que si no se apoya al Gobierno en este momento se puede poner feo. Ahora hay que ver si con el silencio alcanza”.La convicción que crece en muchos despachos oficiales es que el efecto positivo que tuvieron los anuncios fiscalistas de Batakis -que en definitiva fueron una ratificación de las cláusulas acordadas con el FMI- puede diluirse con las horas si no reciben el sello de “garantía de confianza” de los socios políticos del Frente de Todos.Ayer, Eduardo “Wado” De Pedro se reunió con Batakis. Informaron que lo hizo a los fines de la transición en la secretaría de Provincias que ella dejó vacante. No hubo foto. El ministro del Interior no quería que se interpretara que la funcionaria, por haber trabajado bajo su órbita, ascendió al Palacio de Hacienda por sugerencia suya.Los anuncios de Batakis son muy incómodos para el kirchnerismo. Si bien La Cámpora y el Instituto Patria hasta ahora se llamaron al silencio, en los últimos días dejaron trascender que la elección de la ministra no fue un “dedazo” de la vicepresidenta sino una decisión de Fernández. Y que el apoyo político está condicionado al plan económico que exhiba en la práctica.Silvina Batakis, durante su paso por la Secretaría de Provincias del Ministerio del Interior, a cargo de Eduardo “Wado” de PedroTélamLos actores del ecosistema kirchnerista más intransigentes ya se pronunciaron. El líder de MTE, Juan Grabois, dijo que “Batakis tiene la oportunidad de ser la Domingo Cavallo de estos tiempos o de resolver los problemas de la gente”. Y el líder de la CTA, Hugo Yasky, advirtió que la ministra “habló a los operadores financieros, a los representantes de los grandes monopolios y empresas del país” y no a las familias. Los movimientos sociales y la CGT, en tanto, están en estado asambleario. Ya se anunciaron jornadas de movilización.Maia JastreblanskySeguí leyendo”No se escuchó”. Baradel elevó las críticas dentro del kirchnerismo contra la ministra Silvina Batakis”Voy a jugar con él”. Aníbal Fernández dijo que el Presidente tiene que pelear por la reelección: “Lo que ha hecho por este país es mágico”Encuentro reservado. En medio del silencio kirchnerista, Silvina Batakis se reunió con Eduardo de PedroTemasCristina KirchnerAlberto FernándezSilvina BatakisConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Cristina KirchnerCada vez más aislado del mundo. El organismo antilavado argentino recibe menos de un tercio de la información que hace tres añosAnálisis. Una paz frágil tras días de paranoiaPor qué los mercados no confían. Las medidas que anunció Batakis ya estaban en la letra chica con el FMI

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