El ministro se muestra partidario de la centralización fiscal para evitar el «despropósito» de la competencia entre comunidades y deja entrever su preferencia a imponer un gravamen sobre los beneficios extraordinarios y no sobre la facturación
El ministro se muestra partidario de la centralización fiscal para evitar el «despropósito» de la competencia entre comunidades y deja entrever su preferencia a imponer un gravamen sobre los beneficios extraordinarios y no sobre la facturación