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La interna de los robots y la chispa que les da vida

escucharescucharLa presentación formal del prototipo del robot Optimus, a cargo de su mentor, Elon Musk, reactivó una de las carreras tecnológicas más dinámicas y competitivas: la de los autómatas.En primer lugar, hay una disputa por sus capacidades: operativas, intelectuales, sus destrezas físicas. Con 1,73 de altura y un peso de 57 kilos, Optimus se mostró ligeramente ágil en público: mucho ademán, cierta lentitud. La promesa de la empresa Tesla, que planea venderlo desde el año que viene, es que realice tareas domésticas sencillas.”Entre los robots y autómatas, hay también una batalla por su morfología: ¿cuán humanos deben ser o necesitan parecer para ejecutar tareas humanas de manera cada vez más eficiente?” Musk no se contenta con revolucionar la industria automotriz, la conquista del espacio o gastar buena parte de su fortuna para adquirir Twitter: piensa la robótica también a escala humana. Para el hombre más rico del mundo, que planea vender a Optimus a unos 20.000 dólares, “el trabajo físico será una elección y esto puede revolucionar la economía mundial”. Pero agregó: “Además queremos que pueda ser un buen amigo o compañero, que la gente quiera pasar un tiempo con él”. Que los especialistas se hayan mostrado algo decepcionados parece ser lo de menos.Entre los robots y autómatas, hay también una batalla por su morfología: ¿cuán humanos deben ser o necesitan parecer para ejecutar tareas humanas de manera cada vez más eficiente?La BBC dedicó un informe al tema esta semana. “Muchas empresas dedican mucho esfuerzo y dinero en lograr que los robots sean humanoides por una cuestión de percepción. ¡Lograr que permanezcan erguidos es una tarea enorme!”, detallaba un experto antes de aclarar que los que mejor funcionan (desde robots de cirugía de precisión hasta limpieza de ventanas) no tienen ni remotamente aspecto humanoide.Los drones o bots informáticos son la prueba de esta versatilidad de fisonomías que incluye a la robot Sophia, creada para resultar agradable imitando los rasgos de Audrey Hepburn.Así como los algoritmos, el álgebra y el cero, la historia de estas criaturas mecánicas se remonta a Bagdad, a su siglo de Oro medieval y en este caso a la fama de los hermanos Banu Musa y luego al científico Al-Jazari (menos célebre que Al-Juarismi): ellos dieron con el prototipo de seres desalmados con movilidad propia. En el clásico (para los mecánicos) Libro de los dispositivos ingeniosos del siglo IX, ya se describen y esquematizan un centenar de estos autómatas.Mucho antes que Isaac Asimov o el célebre C3PO de Star Wars, la leyenda considera al obispo y polímata medieval Alberto Magno como el creador del primer androide. Su propio discípulo, santo Tomás de Aquino, lo habría destruido a bastonazos harto de sus movimientos y también su verborrea.Pasaron mil años, hasta que la última esposa de Elon Musk, la artista Grimes, desafió la morfología corporal con vocación transhumanista (hace semanas se publicaron imágenes en las que modeló sus orejas con forma de elfo, como si se tratara de un filtro de Instagram).”“¡Lo que es el progreso!”, dice Pepe Grillo cuando el hada convierte a Pinocho en ser animado” Mientras nos acostumbramos y superamos la necesidad de validar que somos humanos ante la consulta de una página de internet (los célebres Captcha y la invitación a tildar el casillero “No soy un robot”), esta semana algunos fanáticos de la Premier League británica juntaron firmas para excluir del juego al infalible goleador Erling Haaland: dicen que no es humano, ¡que es un robot!En Vida 3.0 sobresale un concepto: las nuevas entidades serán capaces de generar o rediseñar su propio hardware y softwareMás allá de los avances y exhibiciones de la inteligencia artificial y la robótica, el asunto impacta en el humanismo más profundo: cómo nos relacionamos con estas criaturas, qué haremos con ellas a medida que ganen y conquisten autonomía.Son preocupaciones esenciales del siglo XXI. Como desliza el especialista Max Tegmark en Vida 3.0, Qué significa ser humano en la era de la inteligencia artificial, las nuevas entidades serán capaces de generar o rediseñar su propio hardware y software. Y debemos prepararnos para ello.Pinocho en su versión 2022 con Tom Hanks: un niño cobra vida pero, ¿es un niño de verdad? Disney+“¡Lo que es el progreso!”, exclamaba asombrado Pepe Grillo cuando el hada convierte por arte de magia a Pinocho en un ser animado. La frase captura la sorpresa de que la criatura del carpintero Gepetto tome vida.Más allá de las moralejas, las mentiras y el buen comportamiento (retomadas por Walt Disney en 1940 y ahora en la nueva versión cinematográfica recientemente estrenada protagonizada por Tom Hanks), la pregunta es qué lo convierte en humano, cuál es la chispa. Y la cuestión –rescatada por Jorge Carrión en el inicio de su ensayo Membrana– finalmente es la conciencia y el dolor de Pinocho: “¿Seré un niño de verdad?”.Jorge Carrión rescata en Membrana una cuestión que Pinocho refleja: la conciencia y el dolor de… ¿ser un niño de verdad? Ernesto MartelliTemasElon MuskConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Elon MuskEra una donación. Tras su polémica propuesta de paz, ahora Elon Musk dice que ya no puede financiar un servicio crucial en Ucrania”Esencia del deseo repugnante”. Elon Musk lanzó un extravagante perfume llamado “Cabello quemado”Juicio y desgracias comerciales. Qué se esconde detrás del interés de Elon Musk por comprar Twitter

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