Este artículo contiene spoilers de la serie La Unidad.España sufrió durante más de tres décadas el terrorismo de ETA. La organización separatista vasca puso coches bomba en Madrid, Barcelona, Zaragoza y otras ciudades. Arrebató las vidas de más de mil personas, la mayoría civiles y, además, abrió heridas profundas en la sociedad. Cuando parecía que ese trauma se desarticulaba, los españoles revivieron con ferocidad inusitada la misma pesadilla, esta vez de la mano del terrorismo jihadista.El 11 de marzo de 2004, Al-Qaeda hizo explotar varios trenes en la estación de Atocha, en el epicentro de Madrid, y mató a 193 personas. Fueron tres detonaciones en dominó, que comenzaron al final del andén y terminaron en la cabecera. Sería el primero de varios ataques y el más brutal en suelo europeo.En agosto de 2017, una camioneta blanca subió a La Rambla en Barcelona (uno de los paseos turísticos más concurridos de la ciudad) a toda velocidad. Atropelló y mató a 15 personas, dejando un centenar de heridos. Estado Islámico reivindicó el atentado.El atentado en Atocha perpetrado por Al Qaeda el 11 de marzo de 2004 fue uno de los más brutales en suelo europeoLa inteligencia española trabajaba en el seguimiento y la persecución de jihadistas desde mediados de la década del ‘90, mucho antes que el mundo supiera de su existencia por el ataque a las Torres Gemelas de 2001. Uno de los grupos que se dedicó (y aún lo hace) a recopilar inteligencia y prevenir atentados desde entonces es la Comisaría General de Información (CGI). Pertenece al cuerpo nacional de Policía y en España se lo conoce como La Unidad. Aunque lo que se sabe en público no es mucho, porque es una organización secreta.Una furgoneta atropelló a varias personas en La Rambla, en Barcelona, en agosto de 2017 (La Guar/Europa Press/dpa/)La Unidad inspiró a Dani de la Torre y Alberto Marini para rodar una serie atrapante con el mismo nombre. Tiene dos temporadas y doce capítulos -habrá una tercera en 2023- que no da respiro al espectador y que está basada no solo en un grupo que existe sino en el testimonio de varios de sus agentes. Y que busca homenajear a estos “héroes anónimos”.Se utilizaron diferentes ciudades para la filmación. Melilla (enclave español en el norte de África), Madrid, Almería y el País Vasco, entre otras.Realidad y ficciónLos actores, entre los que está el argentino Michel Noher, pasaron tiempo con La Unidad antes de hacer la serie y vieron cómo trabajaban. Noher interpreta a Marcos, uno de los agentes especiales de la CGI. En la trama está en pareja con Carla, rol que interpreta Nathalie Poza. “Nuestros personajes están basados en una pareja real de la CGI, Alex y Laura. Te puedo decir esos dos nombres porque son los que se hicieron públicos”, revela a LA NACION Noher. Carla es la jefa de la CGI en la ficción y tiene una hija con Marcos. Añade que De la Torre y Marini dedicaron un año de preproducción antes de empezar la filmación.“Es la hora, luz verde en Melilla, Tánger y Toulouse”, dice Carla desde el comando de la CGI en Madrid. Inicia así una operación conjunta antiterrorista que terminará con la captura de uno de los jihadistas más buscados del mundo. El resultado tendrá consecuencias.Así arranca el primer capítulo de la producción que es original de Movistar plus, y que en la Argentina transmite la plataforma HBO Max.En este impactante thriller, en el que la ficción se fusiona con la realidad y la historia española, los miembros de La Unidad viven en alerta permanente. “Nosotros somos policías especiales, no perseguimos a los malos cuando han cometido un delito, nuestra misión es atraparlos antes de que lo hagan”, relata Marcos. Ese testimonio se puede escuchar en el trailer de la primera temporada.La serie La UnidadLa Unidad (en la serie) está siempre a punto de evitar un atentado. Una falla puede ser una tragedia. Ese clima que genera la ficción existe en la realidad según cuentan a LA NACION Noher y Carola García-Calvo, investigadora principal de Real Instituto Elcano, un reconocido think thank español. Ella también fue consultada por los realizadores de la serie durante el proceso del guion. García-Calvo lleva años estudiando el terrorismo jihadista en España y junto a Fernando Reinares y Álvaro Vicente escribió un libro a 15 años del denominado 11-M.La amenaza terrorista en España“España está en un nivel de alerta de terrorismo de 4 sobre 5″, menciona García-Calvo, es decir que existe una chance de que haya un atentado en cualquier momento. Para ella, la producción española es muy verídica e introduce aspectos reales del jihadismo, como la radicalización, que en muchos casos involucra a ciudadanos españoles.La CGI y otras fuerzas hacían seguimiento de una célula en territorio nacional cuando todavía no habían ocurrido los atentados del 11-S. Era la célula del sirio Abu Dahdah, radicada en Madrid desde los ‘90 y desmantelada en noviembre de 2001 por las fuerzas de seguridad. Hubo 20 miembros de Al-Qaeda detenidos. Ese operativo se llamó Operación Dátil.“Uno de los nodos que luego participó de los atentados de Atocha había sido integrante de la célula de Abu Dahdah”, cuenta García-Calvo. Para ella está claro que esos atentados fueron una venganza por la Operación Dátil. Y es que uno de los presos, el argelino Allekema Lamari, del Grupo Islámico Armado, fue excarcelado en 2002 por un desajuste judicial y fue reclutado por Amer Azizi, un marroquí considerado el autor intelectual del 11-M.Lamari se inmoló en Leganés ese mismo año, cuando la Guardia Civil intentó atraparlo por su participación en Atocha.Podría ahí haber un nexo con la serie, cuando en el primer capítulo atrapan al terrorista “más buscado” y sus fieles empiezan a idear una venganza. Aunque no se sabe con exactitud si los creadores pensaron en ello o en alguna otra tragedia ocurrida en suelo español.Ceuta y Melilla son las únicas fronteras terrestres de la Unión Europea y África (EUROPA PRESS NEWS/)Melilla es una ciudad autónoma española enclavada en el norte de África. Es pequeña, tiene un muro de alambrado que separa las fronteras con Marruecos (por el que intentan pasar a suelo europeo miles de personas al año de manera ilegal), con una comunidad musulmana importante.Allí sucede uno de los primeros operativos en La Unidad y según García-Calvo es un hecho que tanto Melilla como Ceuta -otro enclave español en África- tienen bolsones de radicalización de ciudadanos españoles muy importantes. “Esto no tiene nada que ver con la inmigración”, aclara. “Los radicalizados muchas veces son nativos españoles”, agrega.“El componente ideológico y la idea de que el terrorismo jihadista originado fuera de nuestras fronteras es una amenaza para España también es un elemento muy verídico de la serie”, añade.Pero explica que España es blanco de posibles atentados de manera permanente entre otras cosas porque los jihadistas salafistas consideran que la región de Al-Andalus (la península ibérica en tiempos del califato musulmán) les pertenece y debe volver a sus manos.Agentes en La Unidad, la ficción sobre la Comisaría General de InformaciónLa Unidad, por dentro“Hubo un año de trabajo en línea directa con ellos para la filmación de los primeros seis capítulos”, cuenta Noher, sobre la verosimilitud que tienen los hechos que ocurren en la serie.“Es muy loco cómo trabajan (en la CGI). Me fascinó al estar con ellos lo que hacen, el nivel de preparación que tienen y lo invisibles que son. Si te los cruzás en la calle ni te das cuenta que estás frente a un miembro de La Unidad”, explica.“Es muy destacable cómo la policía española es vanguardia en la lucha antiterrorista y referencia en Europa y el mundo. Vienen con este tema por el terrorismo etarra que se convierte en el jihadista”, agrega.De su experiencia de estar con los agentes, se queda con la persistencia y la duración de los operativos. “Son trabajos que quizás duran meses o años. Empiezan a ver redes sociales, movimientos, a seguir la ruta del dinero de distintas células, quiénes están en contacto, y deciden cuándo es conveniente entrar en acción, porque hacerlo antes de tiempo puede significar perder trabajo hecho”.Michel Noher en otra escena de La Unidad“Hay algo que a mí me resonó mucho en contacto con ellos, y que me acercaba mucho a ellos, y es esta cuestión del vínculo casi de familia dentro del grupo, que puede ser similar a lo que pasa cuando estás en una obra de teatro, donde tiene que haber confianza plena, y el otro tiene que estar haciendo lo que tiene que hacer, y nadie tiene que controlar que lo haga, porque uno depende del otro”, agrega Noher, quien anticipa que ya terminaron de rodar la tercera temporada.“Basado en hechos reales” es una serie de notas que describe el contexto histórico detrás de ficciones internacionales. En este link podrás acceder a todos los artículos.