escucharescucharEl exministro de Economía Martín Guzmán fue muy crítico con Máximo Kirchner, al afirmar que el diputado de Frente de Todos y su espacio pedían públicamente su salida del Gobierno. Además, respecto del abandono de su banca que este hizo cuando debía aprobarse en el Congreso el acuerdo con el FMI, subrayó: “Se comportó como un chico caprichoso y eso le sale caro al país”.El exfuncionario señaló además que “no había ninguna posibilidad de llevar adelante” los reclamos de Máximo Kirchner y lo acusó de haber “pedido de forma pública” su salida del Gobierno.También fue muy crítico con la vicepresidenta Cristina Kirchner, por el rol que jugó durante la negociación de la deuda con el FMI. “Cristina se corrió y eso tuvo implicancias para toda la gestión que vino después”, dijo en diálogo con el conductor Alejandro Fantino, en el programa Multiverso Fantino, por FM Neura. Y agregó: “Cuando conducís una negociación internacional no solo importa lo que construir en diálogo con el exterior, sino que también importa mucho la política interna. Hubiera sido más fácil para mí tener a alguien a mi izquierda, es decir, que la señal que daba el sistema en la Argentina era que el más duro era yo, y eso no es bueno para una negociación”.Guzmán dijo que la vicepresidenta tuvo un rol importante en la negociación con acreedores privados. “Mi consideración es que Cristina en la negociación con los acreedores privados fue de ayuda importante y decisiva. Tuvo un rol importante para ordenar lo que se daba a nivel político. Y llegamos a un acuerdo razonable, que permitió a la Argentina ahorrarse 35.000 millones de dólares en una década. Cuando Cristina juega a favor, vale muchísimo. En ese cierre fue muy importante”.Sin embargo, destacó que el rol con el FMI fue negativo. “Hay un punto de quiebre en la dinámica de la gestión unos días antes del acuerdo. Cuatro días antes del acuerdo se cortan todas las líneas de comunicación con Cristina. No me atendían el teléfono. Cuando el pueblo te elige para gobernar tenés una responsabilidad, sin importar el problema que tenés que enfrentar. Tener que llegar a un acuerdo con el FMI generaba una tensión con lo que llaman el capital simbólico. Yo a los pibes del barrio les quiero dar capital real, no proteger el capital simbólico”, afirmó.El exministro enfatizó que se le debían US$45.000 millones al FMI y que las opciones eran solo dos: acordar o hacer un default. “Si el FMI me hubiera puesto las condiciones que aceptó el gobierno anterior, yo habría preferido el default. El acuerdo al que llegué no tiene precedentes en la historia, no implicaba quita de derechos, que el Estado se achicara, impedía que se materializara parte del daño potencial tan grande que dejó el gobierno anterior”, dijo.El exministro fue muy gráfico al describir las opciones que se le planteaban en aquellos días en que Cristina no le atendía el teléfono. “Hay un balde de mierda y otro balde de mierda, y el ministro tiene que meter la mano en uno de los baldes de mierda y eso es lo que hay”, destacó.Guzmán agregó que le generó un problema de posicionamiento el hecho de que la vicepresidenta haya dicho “yo me corro”. Recordó que nunca más habló con ella desde ese momento y que el que sí gobernó y sí condujo fue Alberto Fernández. “Si el acuerdo al que yo llegué lo hubiera anunciado Cristina, se habría llenado la Plaza de Mayo para aclamarla”, remarcó.Asimismo, respecto de sí hoy el actual ministro de Economía, Sergio Massa cuenta con ese apoyo que él no tuvo, señaló: “Hoy se da de forma pública un apoyo a la gestión de Massa. Así es como funcionan las cosas, si no, se tiene que cambiar el ministro de Economía”.A la hora de hablar sobre el conocimiento que tenía el Presidente de que él iba a renunciar a su cargo, Guzman contó: “Él lo sabía antes de que yo lo anunciara. Esta historia arranca con el acuerdo con el FMI y el problema que teníamos en nuestra propia coalición. Ahí toda la gestión quedó afectada. Yo le daba instrucciones a funcionarios de mi propia área, me decían que sí, pero no lo hacían. Principalmente en la política energética. Esto lo digo para que no se repita en el futuro”, añadió.Cuando se le pidieron ejemplos sobre qué cosas puntuales no se pudieron hacer por el quiebre interno que había ocasionado la actitud de Cristina, respondió: “Una cuestión que fue de público conocimiento es que no se pudo hacer el trabajo para llevar adelante la segmentación tarifaria en energía. Pero no era solo eso, sino que había un conjunto de problemas.En este sentido recordó que él venía planteando que si no se ordenaba esa problema de gestión dentro de la coalición, iba a haber una corrida cambiaria. “Y la corrida vino. Un problema de gestión se traduce en dólar inestable, más inflación, etc. Esa corrida la dimos vuelta, pero eso ocurre después de meses en los que se planteaban ciertas condiciones en las que era imposible conducir”, expresó el exministro de Economía.Sobre el elevado índice de inflación actual, Guzmán opinó que ha sido históricamente el problema más complejo de abordar en la economía argentina. “Yo creo que se ha logrado generar conciencia sobre la importancia de bajar la financiación con emisión monetaria, de bajar el déficit, con eso solo no alcanza, pero es necesario para empezar a bajarla. Hoy hace falta acumular reservas, y para eso hay que tomar una definición sobre el régimen cambiario”, dijo.Además opinó que las microdevaluaciones que se aplican en la actualidad son parte de una política económica planificada. “Porque con una devaluación general tenés inmediatamente más inflación, sobre todo en alimentos, y eso lleva a una crisis social”, concluyó.Asimismo, sobre la dolarización que proponen algunos políticos y economistas, Javier Milei entre ellos, señaló: “La dolarización es un delirio. Ningún país que dolarizó le fue bien. La economía es también una ciencia política. Hay que entender la política, para entender la economía”.Se reservó además un párrafo para hacer una defensa del Estado en la Economía. “Si sacás por completo al Estado de la economía, el más fuerte va a poner las reglas de juego. En todos los países a los que les va bien el Estado tiene un rol clave. Y después el sector privado logra ser mucho más pujante. Nosotros tenemos una Argentina que desde 2012 hasta 2020 tuvo un problema de estancamiento seguido de una economía en crisis. Por eso hay un enojo entre los más jóvenes con el Estado, pero eso no implica que hay que tirar todo por la borda. Eso no funciona. Hay que ser serios”, afirmó Guzmán.LA NACIONConforme a los criterios deConocé The Trust Project