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Argentina – Países Bajos: de cuando era Holanda, cinco historias de un clásico mundialista, entre la nostalgia, la emoción y el dolor

La Argentina se prepara a todo ritmo para la finalísima de este viernes, desde las 16 de nuestro país. El choque contra Países Bajos, por los cuartos de final de la Copa del Mundo, representa el desafío más grande para el seleccionado en la travesía de Qatar, que tuvo un prólogo inquietante y que, con las horas y los días, se convirtió en un plácido sendero rumbo al sueño de todos.No es un clásico mundial. No se trata de un Argentina-Brasil, lejos está de un Italia-Alemania y ni siquiera le hace cosquillas a la grandeza de un Francia-Inglaterra, próximo a jugarse, más allá del campo deportivo, porque así lo viven esas dos grandes naciones. Sin embargo, un Argentina-Holanda (Países Bajos en su versión reciente, ya que el gobierno empezó en 2020 una campaña para que le cambien la denominación, basada en esta aclaración, “Holanda apenas es una región que compone el territorio del Estado de Países Bajos, que es parte de la Unión Europea”), es una atracción mundial. En la historia, pasó de todo: emociones, rencores, dolores, frases que quedaron para siempre.Una derrota dolorosa. La primera explosión de júbilo mundial de la Argentina. Una primera vez de Leo Messi. Un cabezazo demoledor. Y la frase que repetimos, más allá del fútbol, para motivarnos ante cualquier desvarío, frente a la hipótesis de una dificultad mayúscula: “Hoy te convertís en héroe”. Aquí, un repaso de cada una de esas historias. Para mantener viva la llama de la ansiedad en una semana especial.Argentina 0 vs. Holanda 4 (Mundial 1974, 26 de junio)”Holanda nos golpeó durante todo el partido. Es como si fuese un boxeador que castiga a otro, lo noquea y lo vuelve a golpear cuando apenas se incorpora. No nos dejaron levantarnos nunca, sentimos impotencia”, recordó alguna vez Roberto Perfumo en una charla con la agencia Télam. Compartieron la zona de la segunda etapa, junto con la Alemania Democrática y Brasil y, en el primer partido, la revolucionaria selección dirigida por Rinus Michels le dio una lección de fútbol y carácter a la Argentina. El Mariscal nunca se pudo olvidar de lo que ocurrió en el estadio Parkstadion, de la ciudad de Gelsenkirchen. “En un momento dado, hay un saque de arco y veo que Daniel (Carnevali) va caminando, cuando ya íbamos perdiendo. Entonces, le digo, ‘Dale Daniel sacá’ y él me responde: ‘Pará, qué querés, si perdemos la pelota muy rápido’. Esa fue una síntesis del partido”, reconoció.Bajo una lluvia torrencial, Holanda dominó el desarrollo, entregando una dosis de ese Fútbol Total. Johan Cruyff era la estrella de la escuela. ”Fue un partido atípico. Y hubo a favor nuestro circunstancias altamente positivas como la lluvia torrencial. Pudimos jugar a placer, mientras la Argentina debió luchar contra nosotros y contra las adversidades de la meteorología”, recordó el hombre de la camiseta 14.“El resultado es mentiroso: quiero la revancha”. Esta frase pertenece a Víctor Rodríguez, uno de los integrantes del tridente técnico que conformaban junto con José Varacka y Vladislao Cap, después de que Argentina cayera por 4-1 frente a Holanda, en un amistoso jugado… un mes antes, en Ámsterdam.Argentina 3 vs. Holanda 1 (Mundial 1978, 25 de junio)”No había euforia, había tranquilidad. Era la sensación del deber cumplido. Sentíamos que le habíamos dado una alegría a la gente”, recuerda Mario Alberto Kempes, sobre la final de Argentina ‘78, un elocuente 3 a 1 en el alargue, con dos goles del Matador y uno de Daniel Bertoni. Dick Nanninga marcó el 1-1 a ocho minutos del final y Rob Rensenbrink estrelló un tiro en el poste, que lo habría cambiado todo, en el último suspiro.Mario Alberto Kempes, colosal contra Holanda (y en todo el Mundial) (AFP/)Escribió el colosal delantero en El Matador, su biografía: “Yo me quedé sentado en la antesala del vestuario, una canchita en la que hacíamos el precalentamiento. Y se fueron sumando muchachos. Llegó Gallego, llegó Tarantini… Y en un momento apareció un empleado a ofrecer si queríamos algo para tomar”.“Traé un whisky, pero uno grande, eh, mirá que somos muchos”, le dije. “Un minuto después llegó con un vaso enorme. Tomábamos un trago cada uno y lo íbamos pasando. Recién ahí nos relajamos”. Fue la primera explosión de júbilo, que unió por un rato al país, en medio de la peor tragedia. El Mundial de los papelitos, el desolador “somos derechos y humanos” y, en el campo futbolero, el que fue el primer paso de los proyectos a largo plazo, con un joven y audaz César Menotti. Ese equipo daba espectáculo.Argentina 1 vs. Holanda 2 (Mundial 1998, 4 de julio)”Fue una jugada que no la pude superar, fue una de las cosas más tristes que me pasó en el fútbol. Un Mundial maravilloso, estaba en la plenitud de mi carrera. Era un partido que estaba para ganarlo y a Holanda le habían expulsado un jugador. Fue un segundo, una reacción que hasta el día de hoy me arrepiento. Intenté pegarle un cabezazo del impulso de la bronca”, confesó el Burrito Ortega, años después, sobre la derrota por 2 a 1 en el Stade Velodrome, de Marsella, por los cuartos de final.La Argentina, dirigida por Daniel Passarella, tenía suficiente equipo y una táctica aplicada, una combinación perfecta entre el talento del potrero y la rigurosidad europea. El triunfo por penales contra Inglaterra había sido un impulso. Kluivert, primero, Piojo López, después. Un bombazo de Batistuta en el palo que pudo haberlo cambiado todo, la roja a Numan a los 31 minutos y la Argentina atacaba. Hasta que a los 42 minutos el Burrito cometió una irresponsabilidad, al cabecear al arquero Edwin Van der Sar. Dos minutos después, Denis Berkgamp marcó un golazo. Y se acabó.Argentina 0 vs. Holanda 0 (Mundial 2006, 21 de junio)Con un gol de Leo Messi, que había entrado un puñado de minutos, la Argentina le había ganado a Serbia y Montenegro por 6 a 0. Con la clasificación sellada, José Pekerman decidió incluir por primera vez como titular en un Mundial a la Pulga, en un híbrido empate sin goles, en la primera etapa de la copa, nada decisivo. Messi tuvo una actuación deslucida y fue reemplazado por Julio Cruz, a 20 minutos del final. Maradona y Platini estuvieron en el palco.Por los cuartos de final, el entrenador decidió no hacer ingresar al rosarino, que se quedó en el banco de suplentes con una imagen que quedó inmortalizada, en la derrota por penales contra Alemania. Jens Lehmann tenía todo estudiado: en un papel, donde iban a patear los argentinos.Argentina 0 (4) vs. Holanda 0 (2) (Mundial 2014, 9 de julio)“Me salió. Lo vi ahí, y sentí que le tenía que decir algo, como una suerte de motivación, aunque no la necesitase. Yo lo sentía”, rubricó Javier Mascherano en el libro “Jefe”, su biografía. El partido fue un suplicio, una lucha de tácticas sombrías, un 0-0 soporífero entre el equipo que dirigía Alejandro Sabella y Louis Van Gaal. La Argentina venció 4-2 a Holanda por penales y Sergio Romero fue la figura con dos penales atajados, Ron Vlaar y Wesley Sneijder fueron sus víctimas. “Hoy te convertís en héroe”. El triunfo significó el regreso a la final de un Mundial después de 24 años.Maxi Rodríguez y Sergio Romero, artífices del triunfo argentino en los penales contra Holanda en 2014.“El protagonismo lo tenía Chiquito. Si había un momento suyo en el Mundial era ése. El protagonista no era ni quienes pateaban, ni los que estábamos mirando, ni el entrenador. Era él. Y bueno, se dio. Sinceramente, de corazón, jamás hice eso para pensar en tener el protagonismo. Justo me engancharon a mí, quizás otro compañero también le dijo algo y no lo llegaron a enganchar”, contó Mascherano, símbolo de la selección.Tiempo después, Van Gaal admitió que hubiese querido sustituir al arquero Jasper Cillessen por Tim Krul para la tanda de penales, tal como hizo con el éxito ante Costa Rica, pero lamentó haberse quedado sin modificaciones. “Lo hubiese hecho, pero ya había utilizado los tres cambios, por lo que no pude”, fue su reflexión. En el partido de cuartos de final, con 0-0 en el marcador, Van Gaal ordenó ingresar a Krul en el último minuto de la prórroga. Algo inédito.Y esa apuesta le salió bien, porque Jasper Cillessen detuvo los penales de Bryan Ruiz y Michael Umaña. Pero no llegó a estar frente a Argentina, que acertó sus cuatro remates (Messi, Garay, Agüero y Maxi Rodríguez). Y Chiquito fue héroe nomás, al atajar los envíos de Ron Vlaar y Wesley Sneijder.

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