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Los investigadores de la trama golpista alemana se centran en un pabellón de caza aislado

Por Max Schwarz, Timm Reichert y Tom SimsBAD LOBENSTEIN, Alemania, 8 dic (Reuters) – Los
investigadores alemanes de la pequeña localidad oriental de Bad
Lobenstein registraron el jueves un apartado pabellón de caza
del siglo XIX, de propiedad de un aristócrata local que está en
el centro de una trama golpista que ha conmocionado a Alemania y
ha dejado perplejos a los residentes.La policía rodeó el pabellón de caza de Waidmannsheil,
propiedad de Heinrich XIII Prinz Reuss y situado en las afueras
de la ciudad, en una zona boscosa, por sospechas de que haya
servido como depósito de armas y punto de encuentro en el plan
golpista.Los planes salieron a la luz el miércoles con la detención
de 25 miembros y simpatizantes de un grupo de extrema derecha
que, según la fiscalía, preparaba el derrocamiento violento del
Estado para instalar como líder nacional al aristócrata de 71
años que había buscado el respaldo de Rusia.Las autoridades municipales y la policía dijeron que
Heinrich es el propietario del pabellón de caza situado en las
afueras de Bad Lobenstein, un pequeño castillo de estilo
neogótico con una torre y almenas. La familia volvió a comprar
la propiedad en 1990, tras la caída del comunismo, y restauró lo
que se había convertido en un albergue juvenil.Heinrich, uno de los últimos descendientes de una dinastía
que en su día gobernó franjas del este de Alemania, fue detenido
el miércoles en Fráncfort.Uno de las decenas de policías que se encontraban en el
lugar el jueves dijo que habían trabajado durante toda la noche
en busca de pruebas que incluían armas y explosivos. Habló bajo
condición de anonimato porque no estaba autorizado a hacerlo
públicamente sobre una investigación en curso.Los fiscales federales de Karlsruhe no respondieron
inmediatamente a las preguntas sobre el registro.Bad Lobenstein es una ciudad balneario de unos 7.500
habitantes situada en el estado de Turingia, en el este de
Alemania. Su fundación se remonta a antes de 1250, según su
página web.Ahora, según algunos residentes, la ciudad se ha convertido
en un punto de encuentro de los llamados Reichsbuerger
(Ciudadanos del Reich), lo que ha provocado divisiones en la
comunidad.Los Reichsbuerger no reconocen a la Alemania actual como un
Estado legítimo. Algunos de ellos son devotos del imperio alemán
bajo monarquía, mientras que otros son partidarios de las ideas
nazis y otros creen que Alemania está bajo ocupación militar.El vicealcalde Andree Burkhardt declaró que la perspectiva
de un golpe de Estado le “aterrorizaba”.Burkhardt, que trabajó durante años instalando hornos, dijo
que él y otros residentes recibieron este verano boreal cartas
anónimas en las que se les decía que no eran alemanes y que se
presentaran en la dirección de la familia Reuss para conseguir
sus papeles.La casa de Reuss no respondió a las peticiones de
comentarios. La oficina de Heinrich en Fráncfort no respondió
inmediatamente a un correo electrónico en busca de comentarios
sobre el registro del pabellón de caza.”No tengo miedo. Porque la democracia está en su sitio y las
autoridades controlan la situación, pero desde luego estoy
preocupado por cómo van las cosas”, dijo desde su despacho en el
ayuntamiento.En la base de una colina, bajo el pabellón de caza, había
nueve vehículos policiales, una tienda de campaña, focos y el
zumbido de un generador.La policía impidió a los periodistas acercarse a las
instalaciones, pero se veían al menos cuatro vehículos oscuros
sin matrícula aparcados justo antes de la entrada. Funcionarios
uniformados entraban y salían por la puerta principal.Un hombre que paseaba un bulldog británico dijo que no tenía
ningún problema con el Reichsbuerger y que no se sentiría
molesto si el golpe hubiera tenido éxito.La libertad de expresión está siendo suprimida, dijo,
hablando bajo condición de anonimato porque es propietario de un
negocio y no quiere llamar la atención.De vuelta a la ciudad, en la plaza principal, el jubilado
Klaus Schwalbe dijo que oía marchar a Reichsbuerger por la
ciudad todos los lunes con tambores.”Pero tengo otras preocupaciones: el dinero”, dijo.(Reporte de Max Schwarz, Timm Reichert, y Tom Sims; reporte
adicional de Christoph Steitz
Editado en español por Javier López de Lérida)ReutersSeguí leyendoPolémica. Fue a comer a un restaurante con su hija, pero la echaron por la ropa que llevaba puestaAumento de transporte. Qué días y horarios pueden viajar gratis los jubilados y pensionadosSe supo. Qué significa el emoji del corazón con un punto abajoConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectTemasservicio-de-noticias

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