escucharescucharEsteban Lindor Alvarado, de 43 años, el jefe narco de Rosario que estuvo a punto de protagonizar la cinematográfica fuga de la cárcel de Ezeiza, rompió la matriz que regula la actividad del tráfico de estupefacientes y eligió integrar a efectivos de la Policía de Santa Fe a su organización criminal y les pagó para que trabajaran para su banda.Una de las tareas clave para expandir su territorio que les encargó a los jefes policiales que trabajaron en su organización fue la de sacar del medio a la banda de Los Monos, comandada por el clan Cantero. A pesar de estar detenido desde 2012, Alvarado no perdió poder. Al contrario, hizo crecer su organización desde la cárcel. Compró voluntades de los agentes penitenciarios e instaló una oficina en su calabozo, cuando pasó por la cárcel de Campana, en 2013.CHATS REVELADORES: EL DETALLE DE CÓMO SE PLANIFICÓ LA FRUSTRADA FUGA DEL SIGLO DE LA CÁRCEL DE EZEIZAAlvarado, enfrentado con el clan Cantero y socio de Luis Medina, conocido como el Tony Montana rosarino, rompió con la matriz que impusieron Los Monos. Alvarado logró que los policías trabajaran para él.La investigación, que en parte, puso al descubierto la vinculación entre los policías y Alvarado comenzó a partir del homicidio del prestamista Lucio Maldonado, ocurrido en noviembre de 2018. Durante la pesquisa, a cargo del Ministerio Público Fiscal, se determinó que el asesinato habría sido ordenado por el mencionado jefe narco.Dos días después de que fuera secuestrado en su domicilio, el cuerpo de Maldonado apareció baleado en el inicio de la autopista Rosario-Buenos Aires con un cartel que decía:“Con la mafia no se jode”.El helicóptero con el que planeaban rescatar a AlvaradoAdemás, se determinó que el jefe narco utilizó los servicios de los policías para que allanaran los búnkeres de venta de droga de Los Monos. Así, a través de la entrega de información a la policía sobre las actividades de la familia Cantero, Alvarado ocupaba el territorio que dejaban los miembros de Los Monos que comenzaron su retirada, golpeados por los allanamientos a sus puestos de venta de drogas.De no haber sido por la investigación encarada por el fiscal Diego Iglesias, titular de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), la fiscal federal Cecilia Incardona y personal del Servicio Penitenciario Federal (SPF), el mencionado Alvarado hubiera logrado huir del penal de Ezeiza y se habría refugiado en Paraguay, donde cuenta con conexiones con los personajes más importantes del bajo mundo de ese país. Dichos vínculos fueron heredados de madre, quien se dedicaba al contrabando de cigarrillos. Pero, en las últimas horas, los fiscales Incardona e Iglesias frustraron la fuga del capo narco y lo dejaron sin plan.Según consta en los diversos expedientes que se instruyen en el Ministerio Público Fiscal de Rosario, se determinó que más de 20 efectivos de la policía de Santa Fe trabajaron como choferes de camionetas que llevaban droga, como punteros que abrían el camino para evitar los controles, como informantes o como fuerza de choque en su lucha para sacar del territorio a la banda de Los Monos.Cuando Alvarado fue detenido, en 2012, los investigadores judiciales lograron obtener los nombres de los efectivos de la fuerza de seguridad provincial que trabajaban para Alvarado y cumplían diversas funciones en su organización.Esos policías fueron condenados en distintos juicios abreviados, en los que tuvieron que admitir que trabajaban para uno de los jefes narco más importantes de Rosario, con recursos económicos ilimitados que obtenía del tráfico de drogas y de la comercialización de automóviles robados, antes.Además de los policías que formaban parte de la Brigada de Operaciones Judiciales (BOJ) y trabajaban para Alvarado, durante el juicio oral también se determinó, por las declaraciones de algunos de los testigos, que también había políticos que colaboraban con la organización narcocriminal.Un capo narco planeaba fugarse en helicóptero de la cárcel de EzeizaDebido a que, hasta el momento, esos tres políticos mencionados por los testigos en el juicio oral no fueron imputados en ninguna causa penal, sus nombres se mantendrán en reserva.No obstante, se pudo saber que los testigos nombraron a un senador provincial por el peronismo, una funcionaria del Poder Ejecutivo de Santa Fe durante el gobierno socialista y una integrante de la actual administración provincial.En caso de que el tribunal oral de Rosario decida extraer testimonios por los dichos de los testigos y remitirlos al Ministerio Público de la Acusación, sería la primera vez que la Justicia de Santa Fe avanzaría sobre la presunta vinculación de políticos con las organizaciones narcocriminales que, hace más de 15 años, se pelean por el dominio del territorio para vender drogas.Los vínculos entre los tres políticos de Santa Fe y un narcotraficante como Alvarado quedaron al descubierto con la declaración de un testigo que, en marzo de 2022, fue convocado a exponer en el juicio contra el jefe narco que, un año después, pergeñó una fuga de película del penal de Ezeiza.Como informó LA NACION, el plan para fugarse de la cárcel fue abortado en las últimas horas tras una investigación de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA) y de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), conducida por el fiscal federal Diego Iglesias.En su declaración, además, el testigo aportó los nombres de los funcionarios y abogados que actuaron como intermediarios entre políticos y narcotraficantes. La posibilidad de que esos lazos entre policías, políticos y narcos queden al descubierto quedó plasmada en otra causa judicial que investigaba el Ministerio Público de la Acusación de Rosario.Hace un año, la Agencia de Investigación Criminal (AIC) apresó a Marcos Jeremías Mac Caddon, alias Pato, acusado de integrar la banda de Los Monos. Durante el operativo que terminó con la detención del encargado de los búnkeres instalados en el cordón industrial del norte de Rosario, los investigadores secuestraron el celular del integrante de la organización comandada por el clan Cantero.Cuando los técnicos lograron abrir el celular de Mac Caddon y revisaron las comunicaciones, hallaron mensajes en los que el puntero político, convertido en narcotraficante, se jactaba de sus lazos con un senador provincial, también mencionado en la causa Alvarado.Según consta en los diversos sumarios que se iniciaron a partir de la detención de Alvarado, el listado de policías que formaban parte de la banda estaba formada por Pablo Báncora, condenado a un año de prisión en diciembre de 2019; Cristian Ariel Di Franco, alias Chamuyo, condenado a tres años de cárcel, en mayo de 2020; Luis Emilio Quevertoque, condenado a tres años de prisión, en septiembre de 2020; Marcelo David y Martín Rey, condenados a tres años de cárcel en diciembre de 2020 y Javier Makhat, condenado a tres años de prisión, en junio de 2021.En el caso del subcomisario Quevertoque, segundo jefe de la BOJ, tan estrecha era la relación con Alvarado que tenía un porcentaje de la propiedad del caballo de carreras Cascarudo, al que sus dueños hacían competir en los principales hipódromos del país.Con respecto a Makhat, los investigadores judiciales determinaron que era testaferro de Alvarado. A nombre del comisario jefe de la Policía de Investigaciones (PDI) figuraba un departamento valuado en más de $ 27.000.000. Si bien el lujoso inmueble estaba a nombre de Makhat, las expensas figuraban con cargo a Alvarado.La investigación que puso al descubierto la relación entre los policías y Alvarado fue encarada por Marcelo Sain, cuando se desempeñó como director provincial del Organismo de Investigaciones.La participación policial en la banda de Alvarado se amplió con otros uniformados. Por ejemplo, durante la audiencia del miércoles pasado, Emilio Maximiliano Lencina, que fue oficial jefe de la Unidad de Delitos Complejos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) del Litoral, con sede en Rosario, agregó otros nombres.Antes de convertirse en uno de los jefes narco más importantes de Rosario, Alvarado comandaba la denominada banda de Los Rosarinos, que robaba automóviles y camionetas de alta gama en la zona norte del Gran Buenos Aires y las vendían en Santa Fe o las llevaban a Paraguay.Uno de los colaboradores más cercanos de Alvarado, en esa época, fue el mencionado comisario Chamuyo Di Franco, que se desempeñaba como jefe de la seccional de Carcarañá, y ayudaba con la venta ilegal de los automóviles de alta gama que robaba la banda.Según determinó la Justicia, la banda de Los Rosarinos robaba vehículos con no más de 5000 kilómetros de uso en la zona norte del Gran Buenos Aires. Durante la investigación se estableció que todos los viernes por la noche, partían desde el conurbano a Rosario tres camiones cargados con los automóviles robados.El sumario, que fue instruido por el fiscal de San Isidro, Patricio Ferrari, terminó con la condena a seis años y medio de prisión para Alvarado, quien fue considerado jefe de una asociación ilícita que se dedicaba al robo de autos. Fue la primera condena contra Alvarado que, en junio pasado fue sentenciado a prisión perpetua por haber ordenado el homicidio del prestamista Lucio Maldonado y por lavado de dinero.Gustavo CarabajalTemasNarcotráficoConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de NarcotráficoOperativo aéreo. En helicóptero, un capo narco planeaba fugarse de la cárcel de EzeizaRumbo a Rosario. Atacaron un micro en el que se trasladaban efectivos del servicio penitenciarioEl terrorismo está de nuevo entre nosotros