Empezó Esteban Salinas cuando todavía quedaba un trecho del partido por disputar, casi siete minutos. Él, el cachondo del equipo, el que descorcha más sonrisas, el que más se mete con todos y el que recibe las chanzas porque encaja como nadie, se puso a llorar. Las lágrimas, de emoción y felicidad, fueron contagiosas, pues cuando acabó el encuentro los jugadores del Fraikin Granollers se pasaban metafóricamente el pañuelo para sonarse, plantados en la pista del Flensburg, recibiendo un cálido aplauso del rival y hasta de la hinchada contraria. Costaba creer pero el Granollers, equipo modesto donde los haya porque le cuesta horrores llegar a fin de mes al punto de que tienen, por ejemplo, la plantilla más corta de la Liga Asobal, acababa de hacer la machada. Una proeza para recordar porque había eliminado al potente conjunto alemán (27-35), que, para más inri, albergará la Final Four de la Liga Europea -segunda competición continental- el 27 y 28 de mayo. Es la segunda vez en su historia que lo logra -la primera fue en 2016 y quedó tercero- y enfrente tendrá al Füchse de Berlín y el Göppingen, también alemán, además del Montpellier francés.Seguir leyendo