Hay especies de abejas, especialmente silvestres, que corren el peligro de extinguirse, según la FAO/
James RiversAdemás de oxígeno y el agua, los seres humanos también dependen de la existencia de las abejas para vivir. Estos insectos, que miden menos de 6 centímetros, aportan alimentos como la miel, la jalea real, el polen, y la cera. Pero brindan mucho más beneficios que aún no son tan valorados por la humanidad.Más del 40% de las especies de abejas son vulnerables a la extinción, según el Centro para la Biodiversidad Biológica de los Estados Unidos. Días atrás, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dio un alerta: “Las abejas corren el peligro de extinguirse”.La abeja común (cuyo nombre científico es Apis mellifera), la más popular, es una de las pocas especies que ha sido domesticada. En realidad, hay alrededor de 20.000 especies de abejas descritas en el mundo y la mayoría son silvestres. Todas llevan el polen entre flores de miles de plantas silvestres y la mayoría de los cultivos comerciales. Contribuyen a asegurar la biodiversidad y la producción de alimentos.En el mundo se han identificado más de 20.000 especies de abejas. Llevan polen entre las plantas silvestres y los cultivos comerciales/Archivo (Eric Tourneret/)Hoy es el Día Mundial de las Abejas. Se eligió la fecha del 20 de mayo porque coincide con el cumpleaños de Anton Janša, quien en el siglo XVIII fue pionero de las técnicas apícolas modernas en su Eslovenia natal y elogió a las abejas por su capacidad para trabajar tan duro y que requerían poca atención.De acuerdo con la FAO, si la tendencia hacia la extinción de especies de abejas se produce, los cultivos nutritivos, como las frutas, los frutos secos y muchas hortalizas, serán sustituidos cada vez más por cultivos básicos como el arroz, el maíz y las papas, un efecto que podría desequilibrar la alimentación humana, alertaron los expertos.La polinización que realizan las abejas silvestres es clave para garantizar un rendimiento adecuado en el 85% de los cultivos que sirven para la alimentación.El Día Mundial de las Abejas se celebra hoy para destacar los beneficios que esos insectos brindan a la humanidad y a los ecosistemas del planeta. Solo no están en Antártida/
Daniel Kenna/Imperial College LondonEn diálogo con Infobae, el doctor Marcelo Aizen, investigador superior del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Ambiente, en la ciudad de Bariloche, y profesor de la Universidad Nacional del Comahue, coincidió con el alerta global de FAO.“Hay diferentes factores que están amenazando a las poblaciones de abejas del mundo, que están en declive. Las que corren más riesgo son las especies de abejas silvestres porque diferentes actividades humanas, como la deforestación, les han modificado su hábitat”, explicó el doctor Aizen, quien es ganador de uno de los Premios Konex Diploma al Mérito 2023 en la categoría Ecología y ciencias ambientales.También las prácticas agrícolas intensivas, el cambio de uso del suelo, el monocultivo, el uso de plaguicidas y las temperaturas más altas asociadas al cambio climático son otros factores que ponen en riesgo a muchas especies de abejas y, por extensión, a la calidad de los alimentos que los humanos consumen.Un tercio de la producción mundial de alimentos es generada a partir de cultivos que dependen en mayor o menor medida de las abejas.Para los apicultores y los agricultores, la FAO recomendó reducir o modificar el uso de plaguicidas/Foto: Agustín Saez.Con Eduardo Zattara, Aizen hizo un estudio, que fue publicado en la revista One Earth, del grupo Cell Press, que reveló que el número promedio de las especies de abejas a nivel global parece estar en descenso desde la década de 1990. Se hizo al revisar datos públicos sobre abejas colectadas o avistadas en todo el mundo, que fueron almacenados en la Global Biodiversity Information Facility (GBIF).Entre 2006 y 2015 se notificaron aproximadamente un 25% menos de especies que antes de la década de 1990. Aunque estas tendencias deben interpretarse con cautela por la naturaleza heterogénea del conjunto de datos y los posibles sesgos en la recopilación, los resultados del estudio sugirieron la necesidad de tomar medidas rápidas para evitar un mayor declive de los polinizadores.De acuerdo con Aizen, la declinación de las especies de abejas desde la década de 1990 coincide con el momento en que se fortaleció un modelo global económico y productivo que llevó a una mayor homogeneización de las prácticas agrícolas y al crecimiento del comercio internacional y a la expansión de la agricultura.El aumento del comercio internacional durante las últimas tres décadas contribuyó al incremento de la introducción de especies exóticas que alteran a las abejas nativas/
Christoph GrueterEse cambio hizo que se reemplazaran áreas naturales o paisajes heterogéneos por zonas agrícolas de cultivo intensivo, con un mayor uso de agroquímicos, que afectan profundamente las posibilidades de supervivencia de las especies de abejas silvestres.También se produjo la introducción intencional y no intencional de especies exóticas invasoras, a través del comercio internacional. Es otra acción humana que perjudicó a la flora y la fauna nativa, incluyendo a las abejas.Otro factor fue el cambio climático global: puede alterar la estacionalidad y afectar la sintonía que hay entre poblaciones naturales de insectos y las plantas. Por ejemplo, las abejas salen de su hibernación y no encuentran los recursos que necesitan porque ciertas especies de plantas florecen antes como consecuencia del cambio climático.En México, hay 2.000 especies de abejas en riesgo. Eso ocurre porque “el control y la prohibición de productos fitosanitarios es muy lento a nivel gubernamental y la falta de recursos alimentarios en campo son muchos. Por esto, los agricultores no dejan de emplearlos”, contó a Infobae la investigadora Adriana Correa-Benítez, profesora del Departamento de Medicina y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).“Durante los últimos dos años hemos tenido mortandades de abejas importantes por esa situación. La última fueron más de 3.000 colmenas perdidas en el estado de Campeche”, acotó.En Perú, se lleva a cabo el emprendimiento ambiental Sumak Kawsay, que planta árboles para recuperar los ambientes donde están las abejas en riesgo. Fue reconocida mundialmente por el Global Landscapes Forum en 2023/ArchivoDesde Perú, Ysabel Calderón lidera un emprendimiento ambiental que ayuda a salvar a las abejas en colaboración con Rossana Maguiña. En diálogo con Infobae, contó que desde 2017 desarrolla con un equipo multidisciplinario una metodología para restaurar los ecosistemas y de esta forma conservar abejas nativas y otros polinizadores. Actualmente trabajan para conservar 3 especies de abejas nativas sin aguijón.A través de esa iniciativa, que se llama Sumak Kawsay, restauran con especies vegetales nativas. También producen miel de abejas nativas sin aguijón y de la abeja Apis mellifera bajo prácticas agroecológicas (sin agroquímicos).“Además, promueven el agroturismo, a través de La ruta de la miel de abeja. Nuestro emprendimiento promueve la equidad de género. Las mujeres generan ingresos gracias a esta ruta turística y de esta forma pueden mejorar su calidad de vida”, contó Calderón.Voluntarios de la iniciativa en Perú se sumaron a la estrategia de reforestación por el Día mundial de las abejas/Sumak KawsayEl emprendimiento se lleva a cabo en un ecosistema de montañas: el caserío El Higuerón, una comunidad campesina de San Francisco de Asís, distrito de Salas, Lambayeque, al norte de Perú. Esperan seguir creciendo y que su impacto sea mayor a partir del subsidio “Restoration Stewards 2023″ del Global Landscapes Forum.Desde la FAO, recomendaron diferentes acciones que la ciudadanía puede realizar para ayudar a las abejas. Se puede cultivar una amplia variedad de plantas autóctonas que florezcan en diferentes épocas del año, comprar miel sin refinar a los agricultores de la zona y productos a agricultores que lleven a cabo prácticas agrícolas sostenibles.También se aconsejó proteger a las colonias de abejas silvestres, apadrinar una colmena, ayudar a mantener los ecosistemas forestales.En Wisconsin, Estados Unidos, hacen “hoteles para abejas” cerca de árboles frutales para cuidarlas y favorecer la polinización/
Maggie Anderson, CC-BY 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by/4.0/)Para los apicultores y agricultores, la FAO aconsejó reservar algunas zonas como hábitat natural, crear barreras vegetales, reducir o modificar el uso de plaguicidas, respetar los lugares de anidación, sembrar atractivos de cultivo alrededor del campo.“Se debería hacer una reclasificación de los productos fitosanitarios”, resaltó Correa-Benítez, desde la UNAM. En esa dirección se deberían priorizar los más amigables con las abejas y los animales polinizadores en general y que les sirvan a los agricultores.Se deberían sembrar más plantas nativas polinizables para atraer insectos a los jardines/ Fotos: Getty ImagesTambién, según la FAO, los gobiernos y los responsables de elaborar estrategias a favor de las abejas pueden fomentar la participación, el intercambio de conocimientos y empoderamiento de los pueblos rurales e indígenas, así como de las comunidades locales.Deberían aplicar medidas estratégicas, como incentivos económicos para promover el cambio, y aumentar la colaboración entre organizaciones nacionales e internacionales, instituciones académicas y redes de investigación para gestionar, investigar y evaluar a los polinizadores y los servicios de polinización.Seguir leyendo:Estudio reveló que las abejas modernas viven mucho menos que hace cinco décadasLa nueva gran función que podrían hacer las abejas por la humanidadSenadores exigieron castigo por el ecocidio de 300 mil abejas en Campeche