El fentanilo ha desatado una crisis de salud pública en Estados Unidos, situación que temen que se repita en México (AP Foto/Jae C. Hong)“El fentanilo mata”, es la puntual y cruda advertencia que se escucha resonar en múltiples spots gubernamentales que diariamente se reproducen en México a través de diversas estaciones de radio.Y es que, ante la incesable crisis de salud pública que se ha desatado en Estados Unidos por el consumo del potente opioide y sus fatales consecuencias, el Gobierno de México ha redoblado esfuerzos para impulsar campañas de prevención en el consumo de drogas sintéticas. Pese a ello, recientes datos de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) apuntan a que entre 2021 y 2022, la demanda de atención médica por consumo de fentanilo aumentó hasta un 80% en México.Fue en el marco del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas -el cual se conmemoró el pasado 26 de junio- que autoridades del comité adscrito a la Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC) ofreció una videoconferencia en la que se presentaron análisis relevantes sobre el consumo de dicho opioide sintético en México, así como de otros narcóticos.El consumo de drogas sintéticas en México ha aumentado considerablemente con el paso de los años (Captura de pantalla)Aunque el consumo de metanfetaminas es el que ha tenido un mayor incremento de 2013 a 2022, la situación para el fentanilo parece ir creciendo exponencialmente de acuerdo con el análisis de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama).Según los registros del comité, en 2013 se registraron cinco casos de atención médica por consumo de fentanilo en México, en tanto que en 2014 y 2015 se contabilizaron cuatro; ya para 2016 y 2017 la cifra disminuyó a un solo caso pero se disparó en 2018 cuando se reportaron 10.Desde ese año, los casos continuaron creciendo y en 2019 ya se contabilizaron 25, en 2020 aumentó a 72 y en 2021 y 2022 fueron 184 y 333 casos respectivamente.De acuerdo con la CONASAMA, fue al norte de México en donde se registró un mayor consumo de drogas sintéticas (Captura de pantalla)La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) detalló en su análisis que la zona en donde se ha registrado un mayor número de consumo de drogas sintéticas y opioides fue precisamente en el norte de México.Fueron los siguientes estados en los que se registró la mayor presencia de fentanilo: Baja California (145 casos), Sonora (129 casos), Sinaloa (18 casos) y Chihuahua (14 casos).No obstante, los datos también apuntan al consumo del potente opioide sintético en otros estados de la zona centro y sur de México como lo son Jalisco (6 casos), Guanajuato y Ciudad de México (con 4 casos ambos), San Luis Potosí (2 casos) y con un solo caso Puebla, Hidalgo, Michoacán, Querétaro, Tabasco, Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Colima, Morelos, Estado de México, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.La demanda del opioide sintético se concentró en el norte de México (Captura de pantalla)Dentro de los principales hallazgos a los que llegó la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) destacó que el uso de las drogas emergentes como los fentanilos, desde 2018 se ha constatado un crecimiento cuyos principales focos de consumo se encuentran en ciudades fronterizas de Baja California -específicamente en Mexicali y Tijuana- así como en Ciudad Juárez en Chihuahua y en San Luis Río Colorado en Sonora.Evalinda Barrón, presidenta del comité, apuntó que aunque son pocos los casos de consumo de fentanilo -en comparación con Estados Unidos o Canadá- se deben de continuar brindado herramientas a la sociedad para que puedan tomar mejores decisiones lejos del consumo de drogas.Del mismo modo, se detalló que la cannabis continúa siendo la sustancia de mayor experimentación entre la población mexicana, aunque su consumo continúa siendo considerado como riesgoso.“La sustancia cuyo consumo causó mayor demanda de tratamiento fueron los Estimulantes de Tipo Anfetamínico (ETA), que incluyen a las anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis o estimulantes de uso médico con el 46.2% de los casos, seguidos del alcohol con el 24.6% y la marihuana con el 13.3%”, señalaron en su informe.