Mario Casas, de protagonizas ‘Fuga de cerebros’ a dirigir su primera película’El camino de Mario Casas hasta convertirse en una de las figuras más influyentes del cine español ha pasado por todo tipo de etapas: joven rebelde, chico formal, hombre de thriller, galán de novela y, en última instancia, director primerizo. Siempre con entusiasmo, siempre con pasión y siempre con personalidad, el actor ha logrado hacerse un hueco en una industria que quiso encasillarlo rápidamente y de la cual no solo ha sabido salir airoso sino también ganarse por el camino el reconocimiento de los que antes lo criticaban.El actor nacido en A Coruña pero criado a las afueras de Barcelona comenzó su carrera con pequeños papeles en diversas series de televisión, pero no fue hasta 2006, con veinte años, que saltó a la gran pantalla. Una maravillosa casualidad quiso que fuera otro gran actor de nuestra cinematografía, Antonio Banderas, quien le diera su bendición fichándole para su segunda película como director, El camino de los ingleses.Te puede interesar: La última película de Mario Casas en Netflix muestra una Barcelona apocalíptica: así es la segunda entrega de ‘Bird Box’Tres años después de dar vida a Moratalla en el filme de Banderas, el actor aparecería en dos películas con claro espíritu juvenil que lo colocarían definitivamente en el mapa: Mentiras y gordas y Fuga de cerebros.En esta última, el gallego daba vida al tímido Emilio, un estudiante mediocre que sin embargo viajaba junto a sus alocados amigos hasta Oxford para conquistar el corazón de Natalia (Amaia Salamanca), la cual había obtenido una beca para estudiar en la prestigiosa universidad.Del chico bobalicón de Fuga de cerebros pasamos al personaje que afianzaría su imagen de chico duro y ‘malote’ en el cine español, el Hache de Tres metros sobre el cielo y, posteriormente, Tengo ganas de ti. Con Hache Mario Casas obtuvo más reconocimiento por parte del público juvenil que el de la crítica, pero por el camino también captó la atención de más de un director importante. Uno de ellos fue Alberto Rodríguez, quien lo juntó con Antonio de la Torre para Grupo 7, una de sus mejores interpretaciones y de la que el propio Casas confiesa aprendió muchísimo.La dirección, su nuevo desafíoPoco a poco, Mario Casas fue dejando atrás la imagen que casi todo el mundo tenía de él y demostrando que tenía muchos otros registros. Fueron las colaboraciones con directores de prestigio como Álex de la Iglesia u Oriol Paulo los que terminaron por consolidarlo como uno de los mejores actores de su generación. Con el primero realizó Las brujas de Zugarramurdi, Mi gran noche o El bar, mientras que con el segundo protagonizó Contratiempo y la serie El inocente. De ambos, como de Alberto Rodríguez, tomaría buenos apuntes para su siguiente desafío: convertirse él mismo en director de cine.Porque dos años después de El inocente, el actor ha vuelto a lo grande este 2023 por partida doble, protagonizando una película de éxito en Netflix y realizando su eprimera película como director. La primera es Bird Box Barcelona, spin-off del éxito de Sandra Bullock en el que Casas da vida a un padre abriéndose camino por una apocalíptica Barcelona tras la llegada de una letal presencia paranormal. La segunda, Mi soledad tiene alas, es su proyecto personal que protagoniza su hermano y que está en gran medida inspirado en sus experiencias viviendo a las afueras de Barcelona.Como vemos, ha sido un largo camino, y más que queda aún por delante. A sus 37 años, a Mario Casas aún le queda mucho por recorrer, ya sea como actor de prestigio o ahora como director novel. Todos sus trabajos le han servido de algo y de todos ha aprendido para llevar lo mejor al siguiente papel, y es por eso que ha pasado de ser considerado nada más que un chico malo a uno de los hombres más influyentes del cine español.Seguir leyendo:13 Libros de autores españoles LGTBIQ+ para celebrar el OrgulloCinco series españolas de temática LGTBIQ+ para celebrar el OrgulloMads Mikkelsen, nuestro villano favorito: de ‘James Bond’ a la última de ‘Indiana Jones’