“¡Viva Siria! ¡Abajo Bachar!”. Hacía años que este eslogan, popularizado durante la revolución que se inició en 2011 y terminó en guerra civil, no se escuchaba en las ciudades de Siria bajo control del Gobierno de Damasco. Pero la pobreza a la que han abocado 12 años de conflicto, sanciones internacionales y la perenne corrupción del régimen han provocado una nueva oleada de protestas, centradas en el sur del país. Esto ocurre justo cuando el presidente, Bachar El Asad, estaba logrando romper su aislamiento y retomar las relaciones con otros Estados árabes.Seguir leyendo