Presos se toman los techos de la cárcel “El Turi”, en la ciudad de Cuenca (EFE/Robert Puglla)
(Robert Puglla/)Desde el 30 de agosto, la cárcel de Turi, en Cuenca a 461 kilómetros al sur de Quito, es el escenario de un nuevo amotinamiento que ha evitado que la fuerza pública ingrese a la prisión a realizar un operativo de control. El reclusorio está liderado por la banda criminal Los Lobos. Aunque la información oficial es escasa, la Policía y el Servicio de Atención Integral confirmaron que hubo 50 agentes de seguridad y 7 policías retenidos en seis cárceles del país. Según informó el Servicio de prisiones la tarde de este 1 de septiembre todos los agentes y policías ya fueron liberados.La plataforma ciudadana SOS Cárceles ha indicado que los atentados registrados en varios lugares del país se deben al traslado del cabecilla de Los Lobos, alias Gordo Lucho, quien fue reubicado desde la Cárcel de Latacunga hacia la prisión de máxima seguridad La Roca. El secretario de seguridad, Wagner Bravo, sin referirse a un grupo delincuencial específico, dijo en una entrevista radial que los carros bomba que estallaron en Quito “posiblemente son repercusiones ante los traslados (de presos) que se hacen a las diferentes cárceles del país”.Los Lobos serían los protagonistas de dos amotinamientos. El 24 de julio, Infobae conoció, a través de una fuente cercana a las prisiones, que tanto la huelga de hambre como la retención de guías que entonces sucedió estaría relacionada con la intención de las autoridades de realizar traslados de miembros de Los Lobos que están en las cárceles del país. El Centro de Privación de Libertad de Azuay, más conocido como la cárcel de Turi, es el centro de operación de esta banda. Antes, el fin de semana del 22 y 23 de julio, en la Penitenciaría del Litoral, la cárcel más violenta del país, también registró una masacre.A finales de julio se registraron varios amotinamientos y una nueva masacre en las cárceles de Ecuador (EFE/Jonathan Miranda)
(Jonathan Miranda/)En esa prisión ubicada en Guayaquil los problemas se iniciaron por una pugna entre Los Tiguerones y Los Lobos, bandas criminales que lideran los pabellones 8 y 9 de esa cárcel, respectivamente: “La actual ruptura de acuerdos entre los grupos de delincuencia organizada Lobos y Tiguerones, ha generado la intención de tomar posesión de forma unilateral en diferentes ciudades del país, ocasionando un ambiente de hostilidad entre estos dos grupos, lo cual ha desatado un enfrentamiento armado, siendo punto de inicio el Centro de Privación de Libertad Guayas No 1. (Penitenciaría)”, se lee en el decreto presidencial que Guillermo Lasso emitió para declarar en estado de excepción a todo el sistema carcelario.En el estudio sobre la evolución del narcotráfico en el Ecuador, la Policía Nacional explica que entre 2021 y 2022 se realizaron traslados de varios miembros de Los Lobos a distintas prisiones del país. Lo que permitió que su rango de operación desde las cárceles se extienda a Imbabura, Pichincha, Chimborazo, Los Ríos, Napo, Santo Domingo de los Tsáchilas, Santa Elena, El Oro, Azuay y Loja.De acuerdo con la Policía, esta agrupación delictiva nació en la provincia de Azuay, cuya capital es Cuenca, en 2019, bajo el liderazgo de Wilmer Chavarría alias Pipo o Tuerto, que habría sido integrante de Los Choneros, la megabanda más grande del país. Tras obtener su prelibertad en 2019, alias Pipo se radicó en Santo Domingo de los Tsáchilas. Allí se habría unido al clan familiar Franco Cedeño con quienes coordinó sus actividades ilícitas. Mientras alias Rasquiña lideró a Los Choneros, la relación de esa banda con los Lobos fue de paz. Según la Policía: “la relación con alias JL o Rasquiña determinó el ascenso de Los Lobos durante esos años, al punto de que alias Pipo proporcionaría hombres para la seguridad personal de alias JL o Rasquiña”.Tras el asesinato de alias Rasquiña, las bandas entraron en disputas. Esa falta de acuerdos con los nuevos líderes de Los Choneros, alias Fito y alias JR (este último asesinado en Colombia), sería el origen de las masacres en las cárceles de Ecuador.Los Lobos con Los Pipos, Los Chone Killers (900 miembros) y Los Tiguerones (1.200 miembros), se agruparon bajo el nombre de Nueva Generación. Sin embargo, esas alianzas estarían rotas (Jorge Guzmán/ EL UNIVERSO)Se cree que alias Pipo está muerto, aunque hay dudas sobre ello. El medio GK publicó que “la Policía cree que está muerto y que el nuevo líder de Los Lobos es alias Esteban, el hijo de la pareja de alias Pipo. Se desconoce por qué no se ha podido probar la muerte de Chavarría, pero hay dos teorías muy distintas. Una dice que Chavarría fue uno de los 34 reos que fallecieron en la cárcel de Turi tras los motines del 23 de febrero, que a nivel nacional causaron la muerte de 79 personas privadas de la libertad. La otra teoría dice que alias Pipo estaba en libertad, aunque se sabe que estaba preso desde 2017, y que fue asesinado por orden de Los Choneros en una finca en la provincia de Los Ríos. La Policía no ha podido responder sobre la veracidad de ninguna de estas teorías”.En número de integrantes, Los Lobos son la segunda megabanda más grande del Ecuador. Se estima que 8.000 prisioneros se adhieren a la pandilla. Los Lobos (8.000) con Los Pipos, Los Chone Killers (900 miembros) y Los Tiguerones (1.200 miembros), se agruparon bajo el nombre de Nueva Generación. Ellos disputan con Los Choneros el control de las rutas por donde el narcotráfico envía droga, especialmente cocaína, a Estados Unidos y países de Europa. Sin embargo, estas alianzas han sufrido rupturas en los últimos meses, según la información oficial incluida en los decretos ejecutivos sobre las cárceles.El portal Insight Crime explica que “la principal fuente de ingresos de los Lobos se origina en el trasiego de cargamentos de cocaína para grupos colombianos y mexicanos que mueven la mercancía por Ecuador”. A los Lobos se los relaciona con el cartel Jalisco Nueva Generación. Mientras que a Los Choneros con el cartel de Sinaloa.La cárcel de Turi es el centro de operación de Los Lobos (FERNANDO MACHADO / AFP) (FERNANDO MACHADO/)El Observatorio de Prisiones de Ecuador, frente a los últimos hechos y retenciones, ha exhortado “a las autoridades del Gobierno y mandos superiores de la Policía atender el reclamo del grupo de uniformados (de estar retenidos e incomunicados) evitando toda medida en represalia por sus declaraciones”.