escucharescucharROMA.- “No a la ley ómnibus”; “abajo el protocolo represivo”; “no al ajuste”; “no a la reforma laboral”; “no al dólar”; “al final la casta eran los trabajadores”; “Argentina no se vende”. Con estas leyendas escritas en tinta negra sobre pancartas con la forma y los colores de la bandera argentina, un centenar de personas se manifestó este miércoles en solidaridad con el paro general convocado por los sindicatos en la Argentina en rechazo a las medidas lanzadas por el gobierno de Javier Milei.Convocado por dos de las principales centrales sindicales de Italia -CGIL y UIL-, que aportaron sus banderas rojas y celestes al mitin, pero también por agrupaciones de argentinos que viven en el exterior, el acto tuvo lugar en la Piazza dell’Esquilino, frente a la Embajada Argentina ante Italia y de espaldas a la espectacular basílica de Santa María la Mayor.Como ocurrió en diversas ciudades del mundo, una delegación formada por dos referentes sindicales -Alberto Civita, de la UIL y Pino Gesmundi, de la CGIL-, ingresaron a la delegación diplomática -donde aún no ha sido nombrado el nuevo embajador- y entregaron una explicando el porqué de su acto. “Esto no se detiene en esta plaza, sino que vamos a seguir denunciando lo que está pasando en la Argentina, la limitación de las libertades sindicales, también a nivel europeo y mundial, ante la Organización Internacional del Trabajo”, aseguró al volver de la embajada Civita, que como el resto de los oradores criticó el “maxi decreto de urgencia” de Milei que “tiende a modificar la estructura económica e institucional del país, delegándole al mercado la regulación de las relaciones económicas y sociales”.Un centenar de manifestantes se reunieron en Roma para adherir a la marcha de la CGTEntre los asistentes al acto, que comenzó a las 15.30 locales y terminó un hora y cuarto más tarde, había muchos argentinos que viven en Italia desde hace décadas. Todos admitieron estar alarmados por lo que está ocurriendo en la madre patria, donde quedaron familiares y amigos. “Pienso que este gobierno le hará un daño terrible a la Argentina, no sólo a los trabajadores, sino al ambiente, a la cultura, ya que le deja las manos libres para hacer cualquier cosa”, dijo a La Nación Cristina Grandi, ingeniera agrónoma que huyó de la dictadura hace 40 años, que llevaba una pancarta con la leyenda “Argentina no se vende”.Agustina Pérez Martín, administrativa de 35 años de San Fernando, provincia de Buenos Aires, que vive en Roma desde hace un año y que antes residía en Suecia, opinó parecido. “Estoy acá para defender los derechos de los trabajadores y jubilados y recordarle al Congreso y a quien representa que a la hora de votar la ley ómnibus no se olviden que quieren desarmar la cultura, quieren vender YPF, quieren vender empresas públicas y quieren deshacerse de todo lo que nos representa como argentinos”, afirmó a La Nación.”Argentina no se vende”, uno de los mensajes en las pancartas de los manifestantes en RomaJorge Ceriani, del “Grupo Argentinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia”, ingeniero agrónomo ahora jubilado, que llevaba una pancarta que decía “No al DNU”, comparó lo que está pasando en el país con un match de box. “Los boxeadores siempre se miden antes de la pelea y Milei salió con todo y creo que es una señal importante que los sindicatos con el paro le hagan entender que no la tendrá fácil, sino que habrá resistencia en contra de su programa”, aseguró.Jimena Ardini, diseñadora que llegó hace 5 años a Italia desde Córdoba, con un cartel en la mano que decía “al final la casta eran los trabajadores”, se mostró preocupada por el “shock” no sólo económico, sino emocional que sufren los más débiles en la Argentina. “Es un shock que bloquea a la gente, que no alcanza a dimensionar cómo se está regalando al país, como sucedió en los ‘90″, explicó. “Pero hay poca capacidad de reacción en las personas y me preocupa porque lo que se viene es grave a nivel económico, a nivel de soberanía y a nivel de pérdida de derechos”, sumó.”Al final la casta eran los trabajadores”, uno de los mensajes de los manifestantes en RomaGabriela García y su marido, Miguel Mellino, que emigraron hace 35 años a Italia con la hiperinflación de Alfonsín, “por una situación parecida”, también ostentaron su inquietud. “Lo que está pasando en la Argentina es muy grave y excepcional”, aseguró Mellino, profesor universitario de antropología en Nápoles, pero residente en Roma. “El proceso de Milei está mostrando una lado muy oscuro, muy violento y estructural de la Argentina y de América latina. Es algo nuevo, pero es algo que está en la historia y es el modo en el que el bloque tradicional de poder agro-financiero siempre entendió la democracia: un proyecto que demuestra el odio a las clases populares autóctonas. Y se quiere cancelar lo que ha pasado desde Yrigoyen a Perón, se quiere volver para atrás, a una Argentina colonial, blanca, agroexportadora y anti-democrática”, denunció. “Es una coyuntura muy excepcional, muestra la naturaleza golpista y anti-democrática del capitalismo argentino y latinoamericano, que no tiene nada que ver con la ultraderecha soberanista de Trump o de Europa”, añadió.Entre los manifestantes, que en un momento corearon “¡No a Milei! ¡No a Milei!”, también estuvo Omar Cornejo, referente del grupo “Argentinos para la Victoria”, que organizó la misma protesta en diversas ciudades europeas. En diálogo con La Nación, Cornejo también se sumó a la alarma generalizada por “el avasallamiento a la Constitución nacional y al derecho de los trabajadores”, junto al rechazo “a que se le concedan facultades extraordinarias a Milei”.Elisabetta PiquéTemasActualidad políticaConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Actualidad políticaFrente a una multitud. Con un fuerte discurso, la CGT advierte a los legisladores por la ley ómnibus: “Quieren destruir los sindicatos, la cultura y el Estado””No hablo de la farándula”. Cruce entre los hermanos Moyano: Facundo criticó a Pablo y él le respondióPrimeras reacciones. Bullrich apuntó contra Kicillof, que ya llegó a la plaza: “Me gustaría que estuviera trabajando”