CompartirEscucharMucho se habla por estos días del estrés y de la forma en la que afecta nuestras vidas. Pero hoy quiero invitarte a reflexionar sobre los dos tipos de estrés que existen: positivo y negativo.¿Cuándo se activa el estrés? Cuando hay algo en juego. Esto significa que, emocionalmente, estamos frente a la posibilidad de ganar o de perder.El estrés positivo aparece con una meta que conseguirPixabaySi bien al estrés, por lo general, se lo considera negativo, porque puede llegar a afectar nuestro bienestar, también existe un estrés que es positivo. ¿Cuál es la diferencia? Veamos…1. Estrés positivoAquí, la persona está enfocada, pues siente el deseo de alcanzar una meta. Entonces, se mueve con rapidez, con velocidad, ya que se encuentra motivada. El estrés positivo es, por lo tanto, la fuerza que nos permite tolerar la frustración en pos de un objetivo. El foco principal consiste en obtener una ganancia.2. Estrés negativoEn este segundo caso, el estrés le roba a quien lo experimenta la visión. Por eso, la persona no es capaz de ver distintas opciones, distintas alternativas. Es lo que comúnmente se conoce como “visión de túnel”.Hay dos tipos de estrés: positivo y negativoPixabayComo consecuencia, tiene carencia de creatividad y las circunstancias, que suelen percibirse como negativas, le pesan y le producen angustia. No logra generar buenas ideas. Obviamente, cuando estamos demasiados cansados y nos sentimos estresados, es cuando corremos el riesgo de perder la salud.Entonces, es importante conocer estas diferencias para poder usarlas a nuestro favor. Y, sobre todo, en estos tiempos tan acelerados en los que vivimos, proveernos de las mejores herramientas para gestionar el estrés negativo sin que este llegue a afectar nuestra calidad de vida.Bernardo Stamateas Seguí leyendoPersonalidades explosivas. Me enojo por todo, rápido y a menudo: el manejo de la ira es posibleSituaciones encadenadas. Tengo mil problemas: cómo dar con la raíz y poder vivir en pazReflexión. La soledad y el miedo a ser lastimados por los demás: el ‘yo’ débil y fuerteTemasEmoción