Emprender en Argentina puede ser tan desafiante como estar “arriba de una montaña rusa dentro de una licuadora”, según describe Martín Perry, cofundador de Nulinga, una innovadora plataforma de aprendizaje de idiomas para el sector corporativo. Esta visión se enmarca dentro de la serie “Desafío Emprender” de Infobae, que explora las vivencias de emprendedores argentinos frente a las fluctuaciones económicas y políticas del país.Nulinga nació como una respuesta a la necesidad corporativa de capacitar a empleados en idiomas como inglés, portugués y español, operando en mercados como México, Brasil, Argentina y Chile. Perry, al relatar el inicio de su empresa, destacó que el verdadero desafío no solo está en tener una buena idea, sino en la capacidad de llevarla a cabo con perseverancia y disciplina. “Emprender es mirar la realidad, ver algo que no te gusta y tratar de transformarlo”, menciona Perry.El entorno empresarial en Argentina es particularmente complejo debido a su volatilidad. Perry compara la experiencia con estar en una montaña rusa, que simboliza las altas y bajas emocionales de emprender, pero añade una capa más de complejidad al situar esta montaña rusa dentro de una licuadora, refiriéndose a los constantes cambios y la necesidad de adaptación rápida que exige el contexto argentino.Nulinga es una plataforma de aprendizaje de idiomas para clientes corporativosUno de los principales obstáculos señalados por Perry es la inflación y las fluctuaciones del tipo de cambio, que complican la estabilidad financiera necesaria para operar de manera eficiente. “La macro te condiciona porque pasas de un dólar barato a un dólar súper caro”, explicó, ilustrando cómo estos cambios afectan los contratos internacionales y la estructura de costos en el país.Además de los retos macroeconómicos, Perry también aborda la fuga de talentos, uno de los grandes dolores de cabeza para cualquier empresa tecnológica en Argentina. Esta situación obliga a las startups a ser extremadamente creativas y ágiles para retener a sus empleados y mantenerse competitivas en un mercado global.Perry expone que es especialmente difícil en el campo tecnológico, donde la competencia global por los mejores programadores es feroz. La fuga de talentos no solo es un problema local, sino que también se ve exacerbado por la oferta de salarios más competitivos desde el exterior. “Los últimos cinco años, el campeón de la Copa Libertadores fueron equipos brasileños porque pueden pagar sueldos cercanos a los de Europa”, compara, utilizando una analogía futbolística para ilustrar cómo los mejores talentos son atraídos por mejores ofertas internacionales.La startup que encabeza Perry tiene más de 4 años de antigüedadEl cofundador de Nulinga no solo aborda los desafíos macroeconómicos, sino que también detalla las dificultades operativas y burocráticas inherentes al ecosistema emprendedor en Argentina. Perry comparte que, a nivel burocrático, iniciar una empresa puede ser arduo debido a las cambiantes regulaciones y la lentitud en los procesos administrativos. “En 2019 armamos una SAS que estaba bien vista, pero en 2020, con el cambio de gobierno, ya no estaba bien vista y enfrentamos meses sin poder emitir facturas”, explica Perry, subrayando cómo los cambios políticos pueden impactar directamente en la operatividad de las startups.Además, el acceso a crédito es otro punto crítico que Perry señala como un obstáculo significativo para el crecimiento. Relata una anécdota personal donde, a pesar de quintuplicar la facturación de su emprendimiento anterior, el banco les negó un aumento en el límite de la tarjeta de crédito, lo que los obligó a buscar alternativas menos convencionales para financiar su crecimiento. Este tipo de experiencias resalta la ineficiencia del sistema financiero local para apoyar a las empresas en expansión.La discusión se extiende también al terreno de la política fiscal y la carga impositiva que enfrentan las empresas en Argentina. Perry critica particularmente el impuesto PAÍS, que considera regresivo para las startups, ya que impone un costo adicional del 35% sobre las transacciones, afectando directamente la competitividad en el mercado internacional. “Con el impuesto PAÍS del 35%, nos estamos tirando un tiro en el pie”, lamenta Perry, ilustrando cómo estas políticas pueden inhibir la competitividad global de las empresas argentinas.Uno de los principales desafíos de las startups tecnológicas es la retención de talentosEl emprendedor también discute cómo la fluctuación constante del valor del dólar afecta la planificación y la estrategia empresarial. La incertidumbre cambiaria obliga a las empresas a ser extremadamente ágiles y creativas en sus modelos financieros para poder adaptarse rápidamente y mantener la viabilidad económica. “Tenés que ser más creativo para ser competitivo”, enfatiza Perry, resaltando la necesidad de innovación constante frente a las adversidades económicas.Otro aspecto crucial que Perry aborda es la comparativa entre el ecosistema emprendedor de Argentina y otros mercados más estables como Brasil. Menciona cómo, históricamente, Argentina fue líder en la creación de unicornios tecnológicos en América Latina, pero que en años recientes ha perdido ese liderazgo debido a un entorno menos favorable para las startups. Este cambio se debe en parte a la fuga de talentos y al mercado interno más limitado, lo que obliga a las empresas a internacionalizarse prematuramente para lograr escala.En un tono más positivo, Perry resalta la resiliencia y la capacidad de adaptación que caracterizan al emprendedor argentino. Aunque el entorno sea desafiante, estas habilidades son valiosas y transfieren bien a mercados internacionales. “El emprendedor argentino, la parte buena… estamos como acostumbrados a muchos cambios y eso te genera cierta flexibilidad”, dice Perry, ofreciendo una visión esperanzadora de cómo los desafíos pueden fomentar una mayor adaptabilidad y fortaleza.