La abandonaron de bebé hace 14 años y hoy disfruta de la familia que adoptó El llamado que recibió Marianela Alessandroni en el teléfono fijo de su estudio de pintura, la mañana del 10 de agosto de 2010, le cambió la vida por completo. Era la noticia que había estado esperando durante los últimos 6 años. Del otro lado de la línea estaba una empleada del Juzgado de Junín de los Andes, que la citó para una entrevista con el juez que tenía a su cargo el trámite de adopción de una bebé de 45 días que había sido abandonada en la terminal de micros de San Martín de los Andes.Ese triste episodio tuvo lugar el 2 de julio y cuando Marianela escuchó los detalles por la radio, algo en su interior se revolucionó. “Esta bebé va a ser nuestra”, le aseguró a su esposo, Humberto Giacomelli, con quien decidió emprender el camino de la adopción tras perder un embarazo y saber que no podía ser mamá biológica.Luego de haber pasado por varias entrevistas con asistentes sociales en el Registro Único de Adopción (RUA) de Neuquén y sometido a distintos estudios psicológicos, el matrimonio ya estaba listo para recibir lo que tanto anhelaba.“En ese momento tenía 40 años y me sentía completamente lista. Sin embargo, no quería ilusionarme demasiado por miedo a que se la entregaran a otra familia”, contó Marianela, ya que -en un principio- había otras dos parejas aspirantes para esa adopción.A Marianella Giacomelli la dejaron abandonada dentro de una caja cartón, en el baño de la terminal de micros de San Martín de los Andes, en julio de 2010“A la bebé la habían dejado en el baño de la terminal, adentro de una caja de cartón. Estaba desnuda, apenas tapada por dos mantitas. Hacía mucho frío y tenía apenas unas horas de vida. La encontró una chica que inmediatamente dio aviso al personal de seguridad de la terminal y luego la llevó hasta el hospital, donde permaneció 15 días internada. Pesó 3 kilos y midió 52 centímetros al nacer”, recordó la mujer, oriunda de la localidad neuquina de Plottier.Lo más sorprendente de esta historia es que la joven que le salvó la vida a la bebé se llamaba “Marianella” (con doble L) y ese fue el nombre que finalmente le asignaron las enfermeras que la cuidaron. “Fue muy loco, una coincidencia hermosa. Cada vez que lo cuento me agarra escalofrío en todo el cuerpo porque no es un nombre muy común. Estaba destinado que yo tenía que ser su mamá”, admitió con emoción. La madre se llama Marianela y la hija Marianella.Tras recibir el alta, la criatura permaneció un mes con una familia sustituta. Durante ese tiempo, la justicia debía asegurarse de que no hubiera ningún pariente que quisiera quedarse con ella antes de entregarla en adopción. Como no encontraron lazos sanguíneos con nadie, se determinó que iba a ser una adopción plena. Es decir, irrevocable.Marianella estuvo sus primeros quince días de vida internada y luego un mes con una mamá sustituta hasta que la justicia la entregó en adopciónEl 11 de agosto fue la primera entrevista que el matrimonio tuvo con el juez. “Salimos a la madrugada, ya que teníamos por delante unos 450 kilómetros que nos separaban de Junín de los Andes. Recuerdo que fuimos filmando todo el viaje porque si nos llegaban a dar la bebé después le queríamos contar cómo habían sido los momentos previos hasta tenerla en brazos”, remarcó Marianela. Sin embargo, la espera se extendería un día más.Cuando volvieron al juzgado, el 12 de agosto, no podían más de los nervios y la emoción. Ese día, el secretario del juez les comunicó oficialmente que se habían convertido en los padres de la niña y que solo faltaba lo más importante: el encuentro.“Ese momento no me lo olvido nunca más. Mientras la esperábamos, veo a la mamá sustituta a través de un vidrio que daba al pasillo. La traía envuelta en una mantita, toda vestida de blanco, impoluta”, describió Marianela, quien le agradeció infinitamente a la mujer por todo el amor y el cuidado que le había dado a la criatura. Además contó que con el correr de los años forjaron una hermosa amistad.Marianela, la mamá adoptiva de la niña abandonada, es artista plástica y concejal de Plottier“Todos los años vienen para el cumpleaños de Marianella. Nunca rompí el vínculo con nadie de los que estuvieron ahí para salvarla. Incluso, al cumplir dos años la llevamos a San Martín de los Andes para que la viera el juez y luego pasamos a saludar por el hospital. Soy una persona muy agradecida. Sin la ayuda de ellos hubiese sido imposible esta nueva vida para nosotros”, enfatizó.“No te puede explicar el amor que la familia sustituta sigue teniendo por Marianella. Cada vez que van a visitar a sus parientes a Buenos Aires, siempre se hacen una escapada, ya que les queda de paso, y le traen un montón de regalos. Ellos también nos invitan a San Martín de los Andes, pero por cuestiones laborales a mí se complica bastante. Tuvimos algo mágico desde el principio y establecimos un vínculo muy fuerte. Las puertas de mi casa siempre van a estar abiertas para ellos”, explicó.Desde el primer día que la bebé pisó su nuevo hogar, todo fluyó de manera muy natural a pesar los miedos que tienen todas las madres primerizas. “Imaginate que ni siquiera sabía cómo tenía que preparar la mamadera. Tuve que hacer como una especie de curso de maternidad acelerado y la mamá sustituta siempre estuvo a mi lado para transmitirme confianza. Es algo que nunca voy a olvidar”, reconoció.Marianella tiene conocimiento de que es adoptada desde los 4 añosEsa noche, Marianella durmió de corrido. Y así lo hizo casi siempre: “Solo se despertaba cuando tenía cólicos. Fue una bebé muy buena”. Al día siguiente, su mamá la llevó al taller donde todas sus alumnas la esperaban para conocerla. La recibieron con globos y un colorido cartel de bienvenida. Desde ese momento, fue una más del grupo: sentada en su “huevito” y observando con curiosidad todo lo que ocurría a su alrededor.“Marianella fue muy deseada. No solo por nosotros, sino por toda la familia. A pesar de que con Humberto hoy estamos separados, tiene una relación hermosa con él y comparten muchísimo tiempo juntos. También con sus abuelos, tíos y primos paternos, que son de Bahía Blanca”, destacó.Hay algo que todos tuvieron muy en claro desde el principio y fue que le ocultarían su origen. Incluso, el día que le festejaron su primer año tuvieron la oportunidad de pasar el video que habían grabado cuando fueron a buscarla al juzgado.Marianella vive actualmente con su mamá, ya que sus padres están separados desde hace cinco años“No me olvido más. Ella recién empezaba a caminar, se paró frente al televisor y comenzó a aplaudir cuando la tuvimos en nuestros brazos. Obviamente que no entendía lo que estaba pasando, pero parecía que sí y estaba feliz. Fue muy emocionante”, recordó.Marianella tenía tan asimilado de dónde venía que, a los cuatro años, fue ella misma quien les contó a sus compañeritos de jardín que no había nacido de la panza de su mamá. “Les dijo que había nacido de otra panza y que nostras no habíamos elegido como madre e hija. Se ve que de tantas veces que me escuchó contar esa historia, ella la reproducía abiertamente y sin traumas”, admitió.Es que su mamá es una personalidad muy conocida y querida en Plottier. Además de ser artista plástica, el año pasado asumió como concejala por Juntos por el Cambio. Todos conocían de su lucha y se enorgullecieron de que haya podido cumplir su sueño. “Nunca me tuve que sentar a decirle la verdad. Se fue dando solo y creo que eso fue lo más sano”, sentenció.El mes pasado, Marianella cumplió 14 años. Actualmente, cursa el primer año en una escuela técnica y sueña con ser arquitecta. “Es una nena muy buena y feliz que se crio sin problemas y nunca tuvo la necesidad de ir a un psicológico. La deseamos tanto que agradecemos todos los días tener la relación que hoy tenemos los tres, más allá de que estemos separados”, contó Marianela, quien estuvo casada con Humberto durante 30 años.La joven suele pintar algunos cuadrosHasta el año pasado, la adolescente practicaba gimnasia artística. Sin embargo, cuando empezó el secundario, los horarios de entrenamiento se superponían con sus obligaciones escolares y tuvo que cambiar de disciplina. Hoy, está súper enganchada con danza clásica y por arrancar con el profesorado.“Es una alumna muy aplicada y tiene buenas calificaciones en todas las materias”, afirmó su mamá, quien también trató de inculcarle su pasión por el arte a tal punto que -de vez en cuando- la joven pinta algunos cuadros.A pesar de que ya tiene una edad donde podría empezar a hacer preguntas incómodas sobre su pasado, Marianela asegura que nunca le preguntó sobre su madre biológica y que llegado el caso la ayudaría a buscarla, si es lo que desea. “El juez nos dijo que cuando cumpla los 18 años va a tener a disposición su expediente. Si lo quiere ir a buscar, voy a estar a su lado”, resaltó Marianela, quien aún conserva las dos mantitas que cobijaban a su hija el día en que fue abandonada.“Quiero que mi historia sirva para transmitirle ánimo a todos aquellos que todavía están en lista de espera para adoptar. Decirles que no bajen los brazos, que todo llega. Y que no se frustren si los tiempos se extienden más de lo esperado. Deseo que deje de haber tanta burocracia y que la justicia piense en esos chicos que también están buscando a alguien a quien querer y que los quieran”, concluyó Marianela con un mensaje esperanzador.