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La UIA almorzó con Pettovello y expresó su temor a que la CGT logre aval para bloquear empresas

EscucharEl punto de mayor desencuentro, qué hacer con los bloqueos de manifestantes a empresas, se mencionó apenas como al pasar y eso volvió bastante más ameno el almuerzo: la jefatura de la Unión Industrial Argentina (UIA) se reunió ayer por primera vez con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, y le transmitió todas sus inquietudes para una etapa que los integrantes de la central fabril imaginan como el inicio de un nuevo régimen económico. Una Argentina más abierta y no inflacionaria.Pettovello es una de las funcionarias más relevantes y, a la vez misteriosas, del gobierno de Javier Milei. Por la cantidad de áreas que tiene a cargo, que van desde el ámbito laboral hasta la educación y la salud, y porque prácticamente no habla en público. De ahí el interés que el encuentro tenía para la UIA, representada ahí por una decena de ejecutivos. Daniel Funes de Rioja, Martín Cabrales, David Uriburu, Isaías Drajer, Adrián Kaufmann, Luis Tendlarz, entre otros.La ministra fue acompañada por su secretario de Trabajo, Julio Cordero, un ex Techint. “Julio es como de la casa”, dijo a este diario uno de los anfitriones. A ellos les preocupa lo mismo de siempre. La caída en las ventas y la producción; el régimen de indemnizaciones; el rol y la situación de las pymes frente al desafío del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), y la apertura de la economía, que lleva incluso a más de uno a amedrentarse por la inminente baja en el impuesto PAIS, un tributo que hace las veces de salvaguardia frente a las importaciones.Pero Pettovello no iba dispuesta a confrontar. Al contrario. Confirmó que volvería ahí el lunes acompañando a Milei por la celebración del Día de la Industria y hasta se presentó en un momento del almuerzo casi como una par de todos ellos. “Yo soy pragmática y entiendo los problemas. No se olviden de que soy industrial”, dijo, y les recordó que era nieta de Ulpiano Fernández, fundador de alfajores Guaymallén, empresa de la que todavía tiene acciones.En la UIA la situación es como en la mayor parte de los sectores de la economía, heterogénea: hay algunos que ya han empezado a recuperarse y otros que están bastante lejos. Y el optimismo tampoco abunda. Según el último relevamiento interno de la entidad fabril, apenas un tercio de los ejecutivos considera que va a volver a los niveles de capacidad instalada previa a esta crisis en la primera mitad de 2025. Otro tercio supone que eso llegará en la segunda parte del año próximo, y el otro, recién en 2026.Hay, con todo, un aspecto en el que no encuentran diferencias y está en la ley de Bases que el Congreso acaba de sancionar: los bloqueos de empleados o manifestantes a empresas vuelven imposible trabajar. Pero eso la gran duda sigue siendo cómo tratará este tipo de protestas el nuevo régimen. El artículo 94 aprobado en el paquete es taxativo: lo considera “grave injuria laboral” y, por lo tanto, causa justa en un eventual despido. Pero han pasado muchas cosas desde entonces y la política ya metió cuña: hace varias semanas que la CGT negocia en secreto con el Gobierno parte de la reglamentación.“¿Pero por qué reglamentación?”, se perturbaron ayer en la UIA, poniendo el acento en ese sustantivo, cuando se lo oyeron a Cordero. La pregunta quedó sin respuesta y como en suspenso. Los empresarios consideran que toda norma sancionada estará siempre sujeta a la interpretación de los jueces, pero que muy distinto sería atenuarla desde el vamos con una reglamentación acordada con el sindicalismo. “Nunca perdimos el diálogo con el Gobierno”, dijo a LA NACION un integrante de la CGT, que admitió que venían teniendo conversaciones no sólo con Cordero, sino con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.Vienen días decisivos. Como siempre con la letra chica: el que se descuida, pierde.Francisco OliveraConforme a los criterios deConocé The Trust Project

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