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Un experto libanés afirma que “la imagen de fuerza e invulnerabilidad de Hezbollah ha quedado dañada”

El jefe adjunto de Hezbollah en Líbano, Sheikh Naim Qassem, dirige oraciones durante el funeral de Ibrahim Aqil y Mahmoud Hamad, que murieron en el ataque israelí del viernes en los suburbios del sur de Beirut (Reuters) (Amr Abdallah Dalsh/)Hezbollah ha sufrido importantes golpes en su estructura organizativa y moral, según el análisis de Joseph Bahout, politólogo de la Universidad Americana de Beirut, durante una entrevista con RFI. Bahout mencionó que “hay daños físicos, organizativos y probablemente morales” en el grupo terrorista libanés, y destacó que su imagen de invulnerabilidad se ha visto seriamente dañada entre sus bases. Esta situación ha creado una compleja encrucijada para el grupo, que busca una respuesta prudente para evitar una guerra total.“La imagen de fuerza e invulnerabilidad de Hezbollah ha quedado gravemente dañada”, indicó el académico en su entrevista con el periodista Christophe Paget.Según consigna RFI, Israel ha adoptado una estrategia de desgaste contra Hezbollah que consiste en golpes de inteligencia más que en una ofensiva militar clásica. Bahout explicó que “podemos esperar ver aún más asesinatos selectivos y la destrucción de los depósitos de armas”, lo cual indica que el conflicto está tomando una dimensión más seria con la intención de someter a la organización extremista y empujarlo a aceptar un alto el fuego o una solución negociada en el sur del Líbano. En este contexto, la preocupación en Beirut es palpable, dadas las repercusiones que estos ataques pueden tener en la seguridad y la moral de sus ciudadanos.Un aspecto clave en la dinámica del conflicto es la capacidad de Hezbollah para tomar represalias. Aunque el grupo aún posee misiles de precisión, según Bahout, “lo que importa saber es si el cerebro de Hezbollah […] es ahora capaz de entrar en guerra”. La organización enfrenta una aparente disminución en su capacidad operativa tras la pérdida de altos cuadros y la posible ineficacia de su respuesta militar. No obstante, el politólogo subrayó que Hezbollah podría disparar misiles a Tel Aviv y causar daños considerables, pero esto requiere de una capacidad organizativa sólida para sostener una guerra real.Un terrorista gesticula en el funeral de Ibrahim Aqil, alto dirigente de Hezbollah abatido en el ataque israelí del viernes contra los suburbios del sur de Beirut, en Beirut (Reuters) (Amr Abdallah Dalsh/)En los últimos meses, la línea roja para Hezbollah en términos de enfrentamiento se ha visto desafiada. La incursión israelí que resultó en la muerte de Fuad Shoqr en el sur de Beirut y la destrucción de edificios en suburbios estratégicos representan un cruce crítico. Durante la entrevista con RFI, Bahout destacó que “tocar los suburbios del sur de Beirut […] es una línea roja para ellos”. Estas acciones han provocado una respuesta lenta y percibida como insuficiente dentro de las filas de Hezbollah, lo que agrava la presión para una muestra de fuerza más contundente.La situación en Beirut es tensa. Los libaneses están preocupados por un posible estallido de una guerra total, similar a los conflictos de 2006 o 1982, que podría empeorar la ya deteriorada economía y estructura social del país. Según RFI, Bahout señaló: “Hay casi una sensación de vulnerabilidad en la sociedad, en segmentos que no tienen nada que ver con Hezbollah”. La ansiedad y la incertidumbre se han difundido, afectando incluso a aquellos segmentos de la población fuera de la esfera directa de influencia del grupo terrorista.Personal de emergencia trabaja en el lugar del ataque israelí del viernes, mientras continúan las operaciones de búsqueda y rescate, en los suburbios del sur de Beirut (Reuters) (Amr Abdallah Dalsh/)El politólogo también comentó sobre la posibilidad de que Hezbollah pierda su capacidad para ejecutar represalias de igual magnitud contra sus contrapartes israelíes. “La otra cuestión es si Hezbollah es ahora capaz de asestar el mismo tipo de golpe”, dijo Bahout. Esta incapacidad podría socavar la eficacia del grupo en futuros enfrentamientos, obligando a una revaluación de sus estrategias y tácticas frente a la ofensiva israelí.En resumen, la actual estrategia de Israel parece orientada a debilitar sustancialmente a Hezbollah y recalibrar el equilibrio de poder en la región. La continuidad de ataques selectivos y una guerra de desgaste presentan un desafío monumental para Hezbollah, que lucha por mantener su infraestructura organizativa y su capacidad de respuesta militar. La situación sigue siendo extremadamente frágil y puede tener consecuencias profundas para la estabilidad del Líbano y la región en general.

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