Su muerte es un aula abierta a la audacia de pensar, sin pensar en el que dirán. Criticó los deseos imaginarios del peronismo, la masividad de los enjambres veraniegos marplatenses, las exaltaciones futboleras. Sobre el lenguaje inclusivo no tenía dudas: “cuando se dice ‘la humanidad’ no se excluye a los varones porque ese sustantivo es femenino…”