Las ciudades están adoptando la inteligencia artificial (IA) para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, para optimizar los servicios y fomentar la sostenibilidad.Hoy por hoy, se ha transformado en una herramienta fundamental para la toma de decisiones basada en la evidencia y la innovación.Uno de los puntos importantes es el enfoque sostenible que toma forma en algunas ciudades porque promueve energías renovables (solar, eólica) y la gestión eficiente de residuos. Algunas localidades la aplican en gestión de residuos, con contenedores de clasificación automática de basura y el caso de reciclaje automatizado. A su vez, el transporte ecológico, como vehículos eléctricos y también el uso en la gestión del tránsito, esto es semáforos inteligentes, por ejemplo. Igualmente, es muy útil para la seguridad, en vigilancia inteligente o reconocimiento facial, en protección de datos personales mediante regulaciones o ciberseguridad para garantizar la confiabilidad de los sistemas.También es muy ventajosa en la atención al ciudadano, con asistentes virtuales y aplicaciones que dan respuestas a los problemas comunes de la gente.Y, si bien es conocida la implementación en la educación, también es útil en el área de cultura, en cuanto a la preservación y digitalización del patrimonio, donde se puede convertir archivos, hacer una reconstrucción digital o traducciones automáticas.Además, la IA permite detección de falsificaciones, recorridos personalizados, con aplicaciones diseñadas a tal fin, reconocimiento de obras, análisis de públicos y planificación de eventos, donde se segmentan audiencias o se predicen tendencias como, por ejemplo, la optimización de horarios y aforos, permitiendo la posibilidad de una comunicación cultural personalizada con campañas específicas.Algunos ejemplos concretos del uso de la IA como herramienta de gestión son, por un lado, en Cali, Colombia, donde se la utiliza como aliada en la gestión de riesgos ya que la alcaldía procesa datos topográficos, factores geológicos y datos de la lluvia acumulada para generar alertas tempranas y para tomar decisiones en cuanto evacuación y refuerzos en la infraestructura, esto posibilita generar un mapa de color que ayuda a tomar decisiones.Por otro lado, en Madrid cuentan con una asistente virtual llamada Paloma que se usó para llamar a personas mayores para preguntarles si contaban con familiares o cómo pedían ayuda si lo necesitaban. Esto sirvió para pensar políticas públicas especialmente para este grupo etario y fomentar un envejecimiento activo.A su vez, en Suecia, un asistente llamado Miram permite hacer una evaluación continua de cómo van aprendiendo los niños desde muy pequeños para ir planificando mejoras a la educación a partir de la información que brindan maestros y directivos.Es conocido el caso de Copenhague, donde ubicaron sensores en el sistema de alcantarillado para prevenir inundaciones. Estos ejemplos y muchos otros muestran cómo diferentes ciudades, dependiendo de su contexto y recursos, implementan soluciones para enfrentar los desafíos urbanos específicos de cada región. Cada caso se destaca por combinar tecnología, la sostenibilidad y la participación ciudadana.