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Robó un millón de dólares al Ministerio de Defensa británico y lo gastó en implantes capilares, blanqueamiento dental, cirugías y ropa de lujo

En el cuartel de Regent’s Park, en pleno centro de Londres, una unidad del Ministerio de Defensa —clasificada como base antiterrorista— fue el escenario de una de las estafas internas más escandalosas de los últimos años en el ejército británico. Su protagonista, un ex cabo de 34 años, Aaron Stelmach-Purdie, no solo le desvió al Estado por casi 1,32 millones de dólares: convirtió el robo sistemático en un estilo de vida, financiado con dinero destinado a la defensa nacional, según difundió Sky News. Ahora, Stelmach-Purdie fue sentenciado el martes en el Tribunal de la Corona de Southwark a tres años y cuatro meses por fraude y lavado de dinero.Stelmach-Purdie utilizó la plataforma digital del Ministerio de Defensa, conocida como JPA (Joint Personnel Administration), para ejecutar 161 reclamaciones falsas de subsidios entre noviembre de 2014 y enero de 2016. Era parte de su función procesar solicitudes legítimas de gastos y dietas del personal militar, pero usó ese acceso para crear entradas ficticias a su favor y al de sus cómplices. “Este caso se refiere a una serie de fraudes cometidos por varios empleados del Ministerio de Defensa”, declaró el fiscal Domonic Connolly en el Tribunal de la Corona de Southwark en el juicio recientemente. Estos acusados hicieron una serie de reclamaciones ficticias de gastos y dietas a las que no tenían derecho.La cifra exacta defraudada asciende a USD 1.322.929, de los que Stelmach-Purdie se quedó con aproximadamente 807.785 dólares. Esa suma no se evaporó en cuentas ocultas. Se convirtió en lujos tangibles y cirugías estéticas llamativas. Se blanqueó los dientes y se hizo implantes abdominales falsos en Turquía; también invirtió en un trasplante capilar y gastó decenas de miles en artículos de diseñador: nueve pares de zapatos Christian Louboutin, un set de maletas Louis Vuitton, un Range Rover Overfinch de 413.250 dólares y tres relojes Patek Philippe falsos, se reveló en la audiencia, según Daily Mail.La operación no fue individual. Lo acompañaron cinco militares y un civil, todos con distintos niveles de implicación. Entre ellos estaban Roger Clerice, de 28 años, su superior inmediato; Allan O’Neil, de 47-48 años; Lee Richards, de 41; Anthony Sharwood, de 38; y Peter Wilson, de 55. Todos fueron juzgados o se declararon culpables. El sistema JPA también fue manipulado desde las cuentas de ellos, quienes compartían con Stelmach-Purdie el producto de la estafa. Wilson, por ejemplo, recibió 28 pagos fraudulentos que totalizaron USD 549.061, de los que retuvo USD 217.183, según se documentó en la causa.Uno de los detalles más grotescos del caso es que el cerebro del fraude había sido expulsado del ejército en enero de 2016, poco antes de que comenzara la investigación financiera. ¿La razón? Una condena por cuatro cargos de actividad sexual con un menor. Durante su interrogatorio posterior, intentó justificar sus acciones diciendo que su participación en la estafa se debió a su “estado de mala salud mental provocado por las acusaciones sexuales”, según Daily Mail.Lejos de replegarse, el ex militar consiguió trabajo en el sector privado antes de ser condenado. Fue contratado por Grantify, una empresa británica especializada en gestionar subvenciones gubernamentales, donde impresionó a sus jefes civiles por su aparente talento para conseguir fondos del Estado. “Parece ser especialmente hábil para conseguir dinero, lo que es un tanto irónico”, afirmó su abogado defensor, Jonathan Rose, durante el juicio, según The Sun.En simultáneo, otro implicado —el plomero civil Simon Lees, de Oldham— fue acusado de lavar USD 391.500 en seis meses a través de sus cuentas. Lees negó haber ocultado o transferido propiedad criminal y declaró que Stelmach-Purdie le pidió ayuda tras haber mantenido una pelea con su banco y estar a punto de ser enviado a Irak. Aunque por su cuenta pasaron USD 362.500, el jurado no logró emitir veredicto y la fiscalía renunció a un nuevo juicio: “Solicitar un nuevo juicio ya no es de interés público”, declaró el fiscal Connolly.Pero la red tenía más ramificaciones. Un soldado activo, cuyo nombre no se reveló por razones legales, también admitió haber lavado dinero, y su cuenta bancaria recibió 725.000 dólares en un período de seis meses. Además, la ex cabo Amy Sheldon, de 37 años, fue procesada junto a Richards y Lees y negó toda participación. El total de reclamaciones falsas realizadas por la banda ascendió a 221, según The Telegraph.En el núcleo de la estafa, el plan era casi siempre el mismo. Stelmach-Purdie creaba una solicitud falsa en el sistema, usaba cuentas bancarias de terceros (incluidas las de su madre y su hermana) para redirigir los fondos y, según los testimonios, ofrecía a los colaboradores una parte del dinero a cambio de no denunciar la operación. “Él permitiría que las reclamaciones se tramitaran a cambio de un porcentaje”, explicó el fiscal en Daily Mail. En palabras del propio acusado, les confesó a sus cómplices que había encontrado una manera de “ganar dinero manipulando la JPA”.El proceso judicial contra los seis acusados —incluido el propio Stelmach-Purdie— concluyó con múltiples confesiones de conspiración para cometer fraude y lavado de dinero. El 12 de septiembre se celebrará una audiencia sobre la orden de confiscación en el Tribunal de la Corona de Southwark. Mientras tanto, la magnitud del delito sigue resonando por el uso perverso de un sistema estatal destinado a proteger a las fuerzas armadas, convertido por un grupo de empleados en un mecanismo de enriquecimiento personal.

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