Nacido en Buenos Aires, pero impulsado por la identidad de la diáspora rusa, Deportivo Moscú avanza hacia su regularización institucional con los objetivos de competir en torneos oficiales, consolidar una academia infantil y convertirse en un puente cultural y deportivo con Europa del Este. En su corta vida, aún sin sede fija ni estructura formal, sumó el respaldo de exfiguras del fútbol argentino, de la embajada de Rusia y de uno de los clubes más importantes de Moscú.En el margen entre la nostalgia y la ambición, una idea que parecía apenas un gesto de pertenencia comienza a tomar forma como proyecto serio. Fundado en Buenos Aires en 2024 por un grupo de inmigrantes rusoparlantes, el club quiere hacer rodar la pelota con acento ruso. Lo que empezó como una intención hoy proyecta una academia de jugadores desde los dos años de edad, acuerdos con clubes europeos y un plan para competir en ligas oficiales de la Argentina.El plantel de Deportivo Moscú, integrado por jugadores rusos, argentinos y otros latinoamericanos, tras un amistoso en el estadio de Deportivo Español; el club pretende profesionalizarse y competir en torneos oficiales.Deportivo Moscú“El club nació porque ya tenía experiencia en Rusia con un equipo semiprofesional”, cuenta Anton Nefedechev, su presidente, un empresario de 38 años que migró al país. “Cuando llegué a la Argentina conocí a Román Fedorov [vicepresidente y entrenador] y a Alexey Kalachev [vicepresidente de negocios], y nos dimos cuenta de que acá hay lugar para construir algo“, dice a LA NACION, a través de un chico de 17 años que ejercía como traductor. Forma parte del plantel y, siendo ruso, habla perfectamente español.Nefedechev llegó al país poco después del Mundial de Qatar, todavía en un clima de euforia. “Nunca había estado en América Latina, pero Argentina me pareció especial. Tiene una cultura europea, comida que nos resulta cercana, y es más segura que otros países de la región. Además, tiene una sociedad futbolera, en la que este tipo de proyectos puede crecer”, afirmó. Dedicado al marketing, apuesta por el club ya no por pasatiempo: “Hoy es un proyecto profesional”.El nombre del club está lejos de ser un guiño folklórico. Al principio pensaron en llamarlo “Deportivo Rusia”, pero el entrenador, Román Fedorov, propuso el nombre actual. “Román jugó en FC Moscú, que en los 2000 se convirtió en el primer club ruso en llevar argentinos a la Premier League de Rusia”, comenta el presidente. El director técnico es una de las piezas fundamentales del proyecto. Fue jugador de la selección juvenil de Rusia, el primer contacto que Nefedechev tuvo al llegar a la Argentina y el impulsor de la iniciativa de fundar un club. “Román fue el primero que conocí en la Argentina. Me convenció de crear un club que uniera a toda la comunidad rusoparlante de Buenos Aires”, señala el presidente.Además de dirigir al plantel de Deportivo Moscú, Román Fedorov aporta su experiencia y su vínculo con el fútbol ruso de alto nivel.Deportivo MoscúAlgunos de los argentinos que pasaron por FC Moscú son Maxi López, Maxi Moralez, Pablo Barrientos y Héctor Bracamonte. Este último brinda ayuda a Deportivo Moscú gracias a sus contactos y a que habla perfectamente ruso. “Organiza partidos con clubes, asiste a los encuentros e invita a los hinchas”, cuenta Nefedechev. “Por eso nos consideramos herederos ideológicos de FC Moscow”, comenta. Y además destaca el interés de otros futbolistas en sumarse y ayudar. “Incluso nos escribió un exinternacional de Bielorrusia que jugó la Champions League: nos dijo «páguenme lo mínimo y voy»”, apunta el presidente, sin aclarar de quién se trata.“Nuestro objetivo es llegar a competir en el sistema AFA. Pero no queremos saltear etapas”. Aunque todavía no tiene sede física, el club ya presentó documentación para constituirse legalmente como asociación civil, paso indispensable para ingresar a las competencias oficiales. “Estamos esperando la aprobación del Ministerio de Justicia. Una vez que tengamos los papeles, queremos entrar a la Liga Promocional Amateur o a la Liga Escobarense, e ir subiendo paso a paso”, detalla el presidente.Anton Nefedechev, de 38 años, es un empresario que vino a la Argentina y decidió armar en el país un club de raíces rusas; “nuestro objetivo es llegar a competir en el sistema AFA”, afirma.Deportivo MoscúMientras avanza el trámite, el club funciona como puede. No hay socios que paguen cuota, no hay contratos ni ingresos fijos, pero sí hay entrenamientos, amistosos contra equipos del ascenso y participación en torneos amateurs como el de Arco a Arco. “A veces podemos ayudar a los jugadores con viáticos, con botines o con una botella de agua”, dice Nefedechev. Además, aunque no hay vínculos formales, pactan premios por rendimiento y asistencia. “Hay chicos que están en situaciones complicadas, incluso migratorias. Nosotros entendemos que si no los apoyamos, pueden dejar el fútbol y perderse”, expone el presidente. De momento, el equipo se sostiene con recursos propios y mucha voluntad.La informalidad, sin embargo, no impide la buena organización en ciertos aspectos. El equipo utiliza indumentaria y pelotas de Jögel, una marca rusa que provee a la selección nacional. “Traemos el material desde allá. Queremos que nuestros jugadores se acostumbren a lo que van a usar si viajan a Europa”, señala Nefedechev. La identidad rusa se respira en los entrenamientos: algunos futbolistas aprenden el idioma en Casa Rusa, y hay dos restaurantes rusos en Buenos Aires que funcionan como sedes temporales para reuniones del plantel.El plantel de Deportivo Moscú tiene futbolistas aficionados de varios países que reciben capacitación en lengua y cultura rusas.Deportivo MoscúEl fútbol argentino reúne a clubes que surgieron de comunidades migrantes: Deportivo Armenio, Deportivo Paraguayo, Centro Español, Sportivo Italiano, entre otros. Deportivo Moscú se inscribe en esa lógica, pero con una identidad singular: no sólo congrega a rusohablantes en la Argentina, sino que además se propone constituir una plataforma de desarrollo internacional. “Hay muchos clubes de colectividades. Pensamos que nosotros también podíamos crear uno, con identidad rusa, y transformarlo en algo más grande”, afirma Nefedechev. La idea, aclara, no es copiar modelos, sino construir uno propio, con la lengua, los símbolos y los vínculos culturales de Europa del Este como eje, pero con una base profundamente local.El proyecto no se limita al plantel masculino. Ya tiene un equipo femenino de fútbol 5 y planea incorporar categorías en la medida en que avance su institucionalización. La inclusión, dicen, no está reñida con la identidad. “Tenemos jugadores rusos, argentinos, ecuatorianos, venezolanos. No es una cuestión de nacionalidad, sino de compromiso y nivel deportivo”, advierte Nefedechev. La idea es que haya un plantel competitivo y uno amateur, para los socios, con diferentes objetivos.El torneo De Arco a Arco es una de las competencias amateurs de fútbol 11 en las que participa Deportivo Moscú.Deportivo MoscúLa mirada a largo plazo incluye una apuesta fuerte a las divisiones juveniles. “Queremos abrir una escuela que reciba chicos desde los dos años y medio. A esa edad se puede empezar a formarlos para que a los cinco lleguen con una base a academias como las de Boca y River”, expresa el presidente. Los entrenamientos para niños son gratuitos y están orientados a familias de bajos recursos. “Nuestra misión también es social. Por eso buscamos apoyo, porque queremos que más chicos tengan esta oportunidad”, argumenta el directivo.Esa visión de desarrollo encuentra un respaldo inesperado: el club Dinamo Moscú, que envió una delegación a Buenos Aires para implementar un sistema digital de evaluación y scouting que permita registrar estadísticas objetivas sobre el rendimiento de los juveniles. “Es una forma de que clubes rusos y de Europa del Este identifiquen talentos sin depender de agentes o contactos”, explica Nefedechev. “Los chicos que se formen con nosotros aprenderán el idioma y la cultura y estarán preparados para jugar allá”, profundiza.La iniciativa de los europeos orientales se propone ser “el primer club en la Argentina en recibir niños desde los dos años y medio”.Deportivo MoscúEl impacto mediático que empezó a rodear al club en los últimos meses, con coberturas de medios nacionales y extranjeros —por caso, MatchTV, uno de los principales canales de deportes de Rusia—, es parte del plan. “Para llegar a AFA no alcanza jugar bien. Nos lo dijeron directores deportivos de clubes como Atlanta: hay que ser visibles, que nos conozcan, que entiendan quiénes somos”, sostiene Nefedechev.Para poder operar están buscando un edificio de dos plantas en Palermo que funcione como casa central. “Queremos que sea un lugar para los socios, donde puedan pasar un rato, tomar mate o café gratis, jugar a la Play o a juegos de mesa, desconectarse. Ese lugar también será el corazón institucional del club”, anticipa el presidente.El respaldo de la embajada rusa existe, aunque sin aportes económicos directos. “Nos ayuda con contactos, con logística, con vínculos políticos. Gracias a ellos conocimos a un asesor del gobernador de Buenos Aires, que está dándonos una mano en la búsqueda de terrenos para construir nuestra base de entrenamiento”, manifiesta.El escudo del club tiene una eme estilizada que remite tanto a la inicial del nombre como a la tipografía cirílica que utilizan los rusos; fue fundado el año pasado, pero está en proceso de oficialización administrativa.Deportivo MoscúLa regularización legal y la cuestión migratoria son parte del contexto del club. Algunos de sus integrantes están tramitando su documentación en el país. Sin embargo, en eso no interviene Deportivo Moscú. “Nosotros no gestionamos migraciones, ni somos parte de ese circuito. Pero somos conscientes de las dificultades. Por eso ayudamos a que los chicos estén contenidos”, aclara Nefedechev.Detrás del relato institucional, hay una motivación más personal. Anton recuerda que hace siete años filmó un video para el Festival Internacional de la Juventud en Sochi, ciudad vacacional de Rusia. Allí nació la idea de crear un proyecto que uniera culturas. “Recién en la Argentina tuve la oportunidad de hacerlo realidad”, apunta.Deportivo Moscú aún no compite en certámenes federados y no tiene una sede física ni una estructura profesional consolidada. Pero construye paso por paso una identidad propia, entre la herencia cultural y el deseo de inserción en el fútbol argentino. En un ecosistema en el que conviven proyectos de barrio, colectividades e inversión extranjera, este club de acento ruso busca su lugar con una convicción sencilla pero persistente: hacer que la pelota hable también en otro idioma.Por Augusto SanzHistorias del deporteRusiaAFAConforme aSeguí leyendo”Siempre soy audaz”. Brilló en la NBA, se apasionó por el ajedrez y ahora se asoció a Magnus Carlsen para hacerlo más atractivoEl multicampeón apático. 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