El Gobierno de Claudia Sheinbaum logró in extremis en octubre detener los bloqueos con los que el campo presionaba al Ejecutivo, pero esa suerte no se ha repetido un mes después. Los campesinos están haciendo una demostración de fuerza sin precedentes y este martes se levantaron de la mesa de negociación con la Secretaría de Gobernación, que no ha logrado encauzar las demandas de un sector empoderado gracias a su coordinación interna y su cohesión con los transportistas. Los cortes en las carreteras seguirán hasta que haya alguna solución concreta para atajar o paliar las principales preocupaciones de los agricultores: la inseguridad en los trayectos y los bajos precios a los que deben vender sus productos. Establecer una mesa de diálogo no será suficiente para aplacar unas protestas que mantienen el pulso al Gobierno desde hace un mes de forma intermitente. Seguir leyendo
