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“Hamnet”, la película que reescribe la historia de Agnes Hathaway y su impacto en la obra de William Shakespeare

Pocas figuras históricas son tan enigmáticas como William Shakespeare. Su vida personal, repleta de zonas grises y preguntas sin respuesta, sigue generando interpretaciones e interés en cada época. La llegada a los cines de Hamnet, dirigida por Chloé Zhao y basada en la novela de Maggie O’Farrell, enfoca su atención en aspectos desconocidos de su círculo íntimo: su esposa, Agnes (Anne) Hathaway, y el misterio de la muerte de su único hijo varón. Por primera vez, Hathaway es protagonista y su historia escapa del rol secundario para instalarse como interrogante central de la vida del dramaturgo.Una ficción que ilumina los huecos de la historiaHamnet ofrece mucho más que el retrato de un hogar golpeado por la peste y el duelo. La fuerza de la ficción reside en reconstruir los silencios y vacíos que la historia oficial dejó sobre Hathaway. En el film, Jessie Buckley interpreta una Agnes compleja, dotada de saberes ancestrales y dueña de su espacio, aunque imposibilitada de salvar a su hijo de la peste.El guion, coescrito por O’Farrell y Zhao, aprovecha la escasez de documentación para construir un personaje autónomo, capaz de desafiar siglos de marginalidad.Así, la novela y la película se convierten en un ejemplo de memoria reparadora, que rescata a una figura eclipsada por la mitología creada alrededor del autor, según desarrolló BBC.Agnes Hathaway: mito, archivo y reivindicaciónDesentrañar la vida real de Agnes Hathaway supone un recorrido plagado de incógnitas. Los documentos registran, en 1582, el matrimonio entre Shakespeare, de 18 años, y Hathaway, de 26, ya embarazada de Susanna, la primogénita. Tres años después nacieron los gemelos Judith y Hamnet. La ambigüedad sobre su identidad comienza por su nombre: en el testamento paterno aparece como Agnes y en la mayoría de los registros como Anne.Maggie O’Farrell afirma que adoptar “Agnes” para su protagonista no es un recurso menor, sino un acto de justicia literaria y biográfica. De este modo, le otorga individualidad y autonomía a una mujer relegada a un papel secundario. David Scott Kastan, profesor emérito de la Universidad de Yale, destaca la importancia de recuperar y analizar incluso los documentos menos citados para devolverle densidad a la biografía de Hathaway.Saberes femeninos y la vida cotidiana en el siglo XVILa reconstrucción de Agnes pone en primer plano la realidad de muchas mujeres rurales de la Inglaterra de la época. La novela y la película muestran que la esposa de Shakespeare, lejos de ser intrascendente, administraba el hogar y poseía saberes de herbolaria, comercio y salud familiar. Estos conocimientos eran vitales en la economía doméstica, aunque raramente fueran reconocidos en documentos de la época.En relación con su educación, la mayoría de los historiadores considera poco probable que Hathaway supiera leer o escribir, dada su extracción social. Sin embargo, la existencia de una carta dirigida a “Mrs Shakspaire” en Londres genera hipótesis sobre una posible residencia ocasional en la capital y, quizás, cierto grado de instrucción, aunque no hay pruebas determinantes. La vida de Agnes sigue envuelta en áreas grises y posibilidades abiertas.Hamnet: dolor, inspiración y la huella en HamletLa muerte de Hamnet, a los 11 años, en 1596, marca un antes y un después en la historia familiar. Los registros son escasos, pero la confluencia de nombres y fechas potencia el mito sobre la influencia del duelo en la creación de Hamlet, escrita poco después.Stephen Greenblatt y la propia O’Farrell sostienen que el dolor personal de Shakespeare pudo haber gestado el drama más famoso de su repertorio. La película utiliza ese vacío como motor narrativo: Agnes asiste a la representación de Hamlet y observa en el escenario la sombra irresuelta de su hijo.La ficción se convierte en una herramienta para pensar, con sensibilidad contemporánea, el vínculo entre la experiencia biográfica y la obra artística, sin caer en certezas imposibles, tal como desarrolló Smithsonian Magazine.La historia de la familia y los mitos derribadosTras las muertes de Hamnet y de Shakespeare en 1616, la interpretación sobre la relación de la pareja se tornó materia de especulación. Algunos biógrafos citaron la herencia de la “segunda mejor cama” como prueba de desprecio. Sin embargo, expertas como Katherine Scheil y Lena Cowen Orlin desmienten este supuesto, señalando que se trataba de una convención legal extendida.Investigaciones actuales, como las de Matthew Steggle, desafían el estereotipo de una esposa abandonada y aportan nuevas pistas sobre posibles períodos de convivencia en Londres. El epitafio de Agnes en la Holy Trinity Church de Stratford, probablemente escrito por sus hijas, la consagra como “madre amada” y “gran regalo”, lo que indica un lazo emocional profundo con su familia.La vigencia de Agnes Hathaway: de la sombra al centro de la escenaLa irrupción mediática y literaria de Agnes Hathaway no solo reescribe su rol en la historia de Shakespeare, sino que interpela al presente sobre cómo se construyen y transforman las memorias familiares. Jo Eldridge Carney y Farah Karim-Cooper destacan que la creación contemporánea, desde la ficción y la investigación, permite rescatar del olvido a las voces relegadas y poner a prueba nuestros propios prejuicios sobre el pasado.Chloé Zhao, directora del film, reconoció que la novela de O’Farrell la llevó a reimaginar Hamlet desde el dolor y la humanidad de quienes rodearon al poeta. El círculo se completa: la intimidad alcanza el centro del canon y multiplica significados.La historia de Agnes, Shakespeare y Hamnet permanece abierta. Hamnet es hoy un punto de partida para reescribir aquello que la historia tradicional calló durante siglos: la cotidianidad, la pérdida y la fortaleza de quienes, alguna vez, quedaron fuera de la luz. Así, la ficción y la investigación no reemplazan la historia, pero sí la enriquecen, abriendo nuevas formas de comprender nuestro pasado común.

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