En esta imagen de archivo, Jovica Stanisic (mirando a cámara), comparece en la corte para la repetición de su juicio en el Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales, en La Haya, el 13 de junio de 2017. (Michael Kooren/Pool Foto vía AP, archivo) (Michael Kooren/)LA HAYA, Holanda (AP) — Dos aliados del difunto presidente serbio Slobodan Milosevic, condenados por complicidad en asesinatos y en otros crímenes cometidos por paramilitares serbios en una ciudad bosnia en 1992, conocerán el miércoles el resultado de su apelación 20 años después de que un tribunal de Naciones Unidas los acusase por primera vez.La decisión del Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales en la repetición del juicio a Jovica Stanisic y Franko Simatovic pone fin al proceso más largo por crímenes de guerra que se remontan a las guerras de los Balcanes, a principios de la década de 1990.La duración del caso subraya la complejidad de probar con éxito los crímenes de guerra en cortes internacionales, en medio de los llamados internacionales para que los autores de atrocidades durante la guerra que se libra en Ucrania sean llevados ante la justicia.Stanisic, exjefe del Servicio Estatal de Seguridad serbio, y Simatovic, un alto funcionario de inteligencia de esa agencia, son los únicos cargos serbios condenados por una corte de la ONU por su implicación en crímenes perpetrados en Bosnia.Milosevic fue juzgado por su presunta implicación en el fomento de los sangrientos conflictos que estallaron con la desintegración de Yugoslavia, pero falleció en su celda en 2006 antes de que se dictase una sentencia.Stanisic y Simatovic fueron absueltos hace una década por el tribunal de la ONU para crímenes de guerra en la antigua Yugoslavia, pero una sala de apelaciones ordenó más tarde la repetición del juicio. El nuevo caso fue juzgado por el mecanismo residual que se ocupa de los casos no resueltos por las cortes especiales para Yugoslavia y Ruanda.Los jueces del Mecanismo condenaron a los dos serbios en 2021 por su implicación en los crímenes cometidos cuando los paramilitares allanaron la localidad bosnia de Bosanski Samac en abril de 1992. Pero los magistrados los absolvieron, alegando falta de pruebas, de delitos similares en otros pueblos y ciudades de Bosnia y Croacia. Fueron condenados a 12 años de cárcel cada uno.