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La esgrimista Isabel Di Tella ganó la medalla de oro en espada en los Juegos Panamericanos Santiago 2023

escucharescucharSANTIAGO DE CHILE.- “Ufff, qué decirte. Estoy en otro planeta, todavía no bajé. Estoy viviendo una realidad paralela”. Y un poco fue así para Isabel Di Tella, porque con su triunfo en espada le dio a la esgrima argentina el primer oro en 44 años en los Juegos Panamericanos, desde San Juan 1979, al vencer 15-9 a la peruana María Luisa Doig Calderón en la final. Según dicen los libros, Mario De Brélaz se había consagrado en aquella ocasión en Puerto Rico, también en espada. Pero hay un dato más: porque Di Tella es la primera mujer en vestirse de dorado desde la primera cita panamericana, en Buenos Aires 1951, cuando festejó Elsa Irigoyen. De esta forma “Isa”, ese apodo que escuchó desde las tribunas para alentarla al triunfo, reescribió la historia albiceleste de su arma y vivió una jornada plena, embargada por la emoción. Repasaba su victoria con sus profundos ojos celestes y estaba completamente transpirada, un poco por el calor que le había dejado su máscara y otro poco por lo que acababa de conseguir. “Algo mágico”, como definió.Isabel Di Tella es la campeona de espada individual en Santiago 2023. Le ganó a la peruana María Doig por 15-9 y se quedó con la medalla de oroXA sus 30 años, su vida está lejos de terminarse en la pedana: se graduó en Matemáticas en Harvard y, cuando terminó su participación en Lima 2019, donde consiguió el bronce, se mudó a Boston para cursar un doctorado en Economía en el MIT (Massachusetts Institute of Technology). Tiene una vida itinerante, entre Boston, Alemania y Buenos Aires, siempre inquieta y acompañada de su novio. “Esta es una forma de validarme. Es saber algo así como “Che, estás bien, vas por el buen camino”, describió. Nacida en Londres, es nieta del excanciller Guido Di Tella e hija de Rafael Matías Di Tella, uno de los esgrimistas más destacados del país y olímpico con la espada en Seúl 1988 y Barcelona 1992. Además, su madre, Astrid Steverlynck, fue una destacada competidora de esquí alpino que estuvo en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary ‘88, en Canadá y de Albertville ‘92, en Francia. Isabel Di Tella, a la derecha, en la final con la competidora peruanaDRAGOMIR YANKOVIC/SANTIAGO 2023 via PHOTOSPORT – PHOTOSPORT CHILERafael y Astrid estudiaban en la capital de Inglaterra, pero a los tres años y medio volvieron a Buenos Aires, en donde Isabel vivió buena parte de su escolaridad, aunque también atravesó algunos períodos en Boston. En realidad, la familia iba y venía, entre el estudio, el trabajo y los compromisos deportivos. Ahora, Isabel, que supera el metro 80 de altura, está establecida en Boston, donde sigue estudiando y da clases de Economía, pero también realiza viajes a Alemania para fortalecerse en la esgrima. “Siempre es más fácil introducir a tus hijos en los deportes que conocés, y la esgrima es más fácil que el esquí alpino; ella arrancó con florete a eso de los 10 años y luego se pasó a la espada”, contaba orgullosa su madre, que siguió los combates en vivo desde la tribuna. “Es supertrabajadora, superdisciplinada. No tengo ninguna queja, digamos. ¡Hace todo bien! Creo que es demasiado buena para este deporte, porque en realidad tenés que ser muy agresiva con la espada”.LA NACIONSeguí leyendo¿El mejor Mundial de rugby de la historia? Récords, curiosidades, el aliento Puma y los partidos memorables”Una enfermedad”. Futbolistas vestidos de golfistas: causas de una transformación pasional y los casos más resonantesPolistas. Los candidatos, las sorpresas, las debacles y el runrún del 2024 (que está que explota)TemasJuegos Panamericanos Santiago 2023Conforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Juegos Panamericanos Santiago 2023Final agónico. El luchador que se lesionó sobre el final, se volvió a levantar y ganó un bronce para la Argentina en los Juegos PanamericanosLa travesía de un cubano. Se deshidrató en el desierto, atravesó un campo minado, casi lo deportan y ganó el oro”Ya no me enojo”. Conte, el estandarte de la selección de voleibol: filosofía zen, espíritu argentino y cómo dejó de “perder la cabeza”

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