Niveles de pérdida de oxígeno en los océanos similares a los actuales jugaron un papel importante en uno de los peores eventos de extinción en la historia de la Tierra, hace 200 millones de años.
Este hallazgo de una nueva investigación que se publica en Nature Geoscience tiene implicaciones para los ecosistemas actuales y sirve como advertencia de que los entornos marinos probablemente sean más frágiles de lo que parece.
Utilizando datos químicos de antiguos depósitos de lutitas obtenidos de núcleos de perforación en Irlanda del Norte y Alemania, un equipo de investigación internacional dirigido por científicos de Royal Holloway (Reino Unido), que incluye científicos de la Facultad de Ciencias Naturales del Trinity College de Dublín (Irlanda), así como de Utrecht (Países Bajos), logró vincular dos aspectos clave asociados con la extinción masiva del Triásico-Jurásico.
El equipo descubrió que los pulsos de desoxigenación en ambientes marinos poco profundos a lo largo de los márgenes del continente europeo en ese momento coincidían directamente con mayores niveles de extinción en esos lugares.
Tras una investigación más profunda, el equipo también descubrió que el alcance global de la desoxigenación extrema era bastante limitado y similar al actual.
Micha Ruhl, profesora asistente en la Facultad de Ciencias Naturales de Trinity y miembro del equipo de investigación, dijo en un comunicado: “Los científicos han sospechado durante mucho tiempo que la desoxigenación de los océanos juega un papel importante en la alteración de los ecosistemas marinos, lo que puede conducir a la extinción de especies en ambientes marinos. El estudio de intervalos de tiempo pasados de cambios ambientales extremos muestra que este es el caso, lo que nos enseña importantes lecciones sobre posibles puntos de inflexión en los ecosistemas locales y globales en respuesta al forzamiento climático.
“Sin embargo, lo más importante es que los hallazgos actuales muestran que incluso cuando el alcance global de la desoxigenación es similar al actual, el desarrollo local de condiciones anóxicas y el posterior aumento local de las tasas de extinción pueden provocar un colapso y extinciones generalizadas o globales de los ecosistemas, incluso en áreas donde no se produjo la desoxigenación.
“Esto demuestra que los ecosistemas marinos globales se vuelven vulnerables, incluso cuando sólo se alteran los ambientes locales a lo largo de los bordes de los continentes. Comprender tales procesos es de suma importancia para evaluar la estabilidad actual de los ecosistemas y el suministro de alimentos asociado, especialmente en un mundo donde los ecosistemas marinos se proyecta que la desoxigenación aumentará significativamente en respuesta al calentamiento global y al aumento de la escorrentía de nutrientes de los continentes”.