escucharescucharCon una carrera exitosa de más de 30 años de trayectoria, Julia Roberts tiene muy en claro lo que quiere y lo que no quiere. A lo largo de las décadas, la actriz fue evolucionando para darse cuenta que hoy, a los 56 años, su decisión de no hacer desnudos fue algo correcto para sí misma, aunque no juzga a quienes deciden hacerlo. Asegura que no se siente un ejemplo dentro del feminismo, y que tampoco tiene intención de serlo, y que el peso de la fama es mucho más fuerte de lo que parece desde afuera.“Creo que las cosas que decido no hacer son representativas de mí”, dijo durante una entrevista exclusiva con la edición británica de la revista Vogue, al ser consultada sobre si sentía responsabilidad hacia otras mujeres a la hora de tomar decisiones sobre cómo comportarse en sus películas. “No es por criticar las decisiones de los demás, pero para mí no quitarme la ropa en una película o ser vulnerable físicamente es una decisión que supongo que tomo por mí misma. Elijo no hacer algo en lugar de elegir hacer algo”, expresó sobre su filosofía de vida.Aunque ella pudo tomar este tipo de decisiones durante toda su carrera, sabe que para las generaciones nuevas de actores no siempre es tan fácil. “Hoy es completamente diferente a mi época. Me siento como un dinosaurio cuando me fijo en la estructura que tienen las empresas cinematográficas hoy, es muy distinto”, aseguró. View this post on Instagram A post shared by British Vogue (@britishvogue)
“No sé si es mejor, porque tengo experiencia propia de arrancar en este contexto, pero parece muy diferente, y en cierto modo, parece muy desordenado también”, continuó reflexionando. “Hay tantos elementos para ser famoso ahora que parece agotador. A mí me parece, y repito que es solo mi percepción porque realmente no lo sé y no soy una persona joven que está arrancando en el mundo del espectáculo en el siglo XXI, pero que antes era así: conocías personas, leías papeles, intentabas conseguir trabajo, lo conseguías, tratabas de hacerlo bien y a partir de ahí podías conocer gente nueva que te presentara a otras personas para ver de conseguir otro trabajo y que te paguen un poco más, porque podía ser mejor”, analizó.“Todo tenía una especie de sentido estructural, ahora parece más caótico. Hay más elementos, hay más ruido, hay más salidas, hay más cosas”, continuó enumerando.Su secreto de bellezaEl paso del tiempo pareciera no notarse en el rostro de Roberts, algo que genera mucha curiosidad en el público que intenta saber qué tipo de tratamientos de belleza realiza para mantenerse así. “Mis padres tienen ambos muy buenos genes. No voy a decir que no cambié, porque hace poco vi una foto mía con Tom Hanks de una película y parecía que nos habían planchado el rostro”, dijo entre risas.Julia Roberts y Danny Moder junto a sus tres hijos“Buenos genes, llevar una vida plena, y como ya lo he dicho anteriormente, en forma de broma pero no tan broma, creo en el amor de un buen hombre ayuda. Creo que mi marido me quiere y se preocupa por mí de una forma que me hace sentir muy, muy feliz. Y siempre que ves a alguien que es feliz, no importa la edad que tenga”, expresó sobre sus secretos de belleza.La felicidad que le genera su marido y sus hijos, es algo que valora y que agradece que haya llegado a su vida cuando ya era una actriz exitosa y consagrada, lo cual le permitió tomar más fácilmente la decisión de priorizar a sus niños frente al trabajo. “Fue fácil hacer una pausa en la vida laboral para alimentar mi vida hogareña”, contó y reveló que vio como sus amigas tenías que hacer malabares entre ambas cosas, lo que la hizo sentir una privilegiada. “Me permití el lujo de quedarme en casa y estar con mi familia, y estuve profundamente agradecida por ese tiempo”, culminó.LA NACIONTemasJulia RobertsConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectOtras noticias de Julia Roberts”Humillación pura”. Cinco famosos a los que dejaron “plantados” antes de casarse y la angustia que padecieronUn hit de Netflix. Dejar el mundo atrás, la película protagonizada por Julia Roberts y Kevin Bacon podría tener una segunda parteA 25 años de Shakespeare apasionado. Del abandono de Julia Roberts (que costó US$6.000.000) a la amistad que se rompió para siempre