Llevaban dos años advirtiendo de que EH Bildu quería convalidar a los presos de ETA las penas que cumplieron en otro país, pero cuando leyeron que la reforma legal se había aprobado en el Congreso por consenso se les “multiplicó el dolor, el enfado y la incomprensión”. Maite Araluce, presidenta de la asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) e hija de Juan María Araluce, el presidente de la Diputación de Gipuzkoa asesinado a tiros por ETA junto a su conductor y tres escoltas el 4 de octubre de 1976 en San Sebastián, ha explicado este jueves cómo aquel “lunes trágico” en que se conoció la noticia, hace 10 días, comenzaron a sonar los teléfonos de la sede, en la que atienden a 4.800 asociados. Eran llamadas de víctimas, muchas con crisis de ansiedad, ataques de pánico y muchas preguntas. “Es verdad que iba a salir de todas maneras, pero hay maneras distintas, sobre todo para las víctimas”, ha contado en un desayuno informativo organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum.Seguir leyendo