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Era geólogo, desapareció 63 días bajo tierra y descubrió algo impresionante

Las pasiones llevan a las personas a hacer cosas impensadas. Y la historia de Michel Siffre no es la excepción. Se trató de uno de los hombres más apasionados por la geología: a sus 23 años decidió acampar 63 días solo en una cueva en los Alpes franceses para autoexperimentar sobre la cronobiología. Y, gracias a que se expuso de esa forma, lograron descubrir un hallazgo que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. En una entrevista con Cabinet Magazine en 2008, el geólogo contó por qué decidió realizar esa experiencia tan riesgosa y solitaria: “Tienes que entender que yo era geólogo de formación. En 1961, descubrimos un glaciar subterráneo en los Alpes, a unos setenta kilómetros de Niza. Al principio, mi idea era preparar una expedición geológica y pasar unos quince días bajo tierra estudiando el glaciar, pero un par de meses después, me dije que quince días no eran suficientes”.Durante los confinamientos, Siffre sólo contaba con una bombilla de luz y de material para leer y estudiarSiffre ingresó en la cueva subterránea en los Alpes el 16 de junio de 1962 y salió el 17 de septiembre de ese mismo año. En su experimentación, el científico especialista en el estudio de las cuevas terminó con un hallazgo inesperado que transformó la compresión sobre la percepción del tiempo que tienen los humanos. “Decidí quedarme dos meses; y entonces se me ocurrió esta idea, la idea que se convirtió en la idea de mi vida. Decidí vivir como un animal, sin reloj, en la oscuridad, sin saber la hora”, dijo en referencia a cómo surgió la idea de analizar la percepción del paso del tiempo en los humanos. Para la investigación, Siffre inventó un protocolo. “Puse un equipo a la entrada de la cueva. Decidí llamarlos al despertar, al comer y justo antes de dormir. Mi equipo no tenía derecho a llamarme, así que no tenía ni idea de la hora que era afuera. Sin saberlo, había creado el campo de la cronobiología humana“, relató sobre el proceso en que llevaron a cabo el protocolo. En 1922, se había descubierto que las ratas tienen un reloj biológico interno. ”Mi experimento demostró que los humanos, al igual que los mamíferos inferiores, también tenemos un reloj biológico“, aseveró.Siffre ingresó en la cueva subterránea el 16 de julio de 1962 y salió el 17 de septiembreGetty ImagesAdemás, el apasionado geólogo contó que tenía un equipo deficiente y un campamento pequeño “con muchas cosas apretadas dentro”. El científico pasaba el tiempo acompañado de la lectura, la escritura y la investigación de la cueva en la que estaba. “Me hacían dos pruebas cada vez que salía a la superficie. Primero, me tomaba el pulso. Segundo, una prueba psicológica. Tenía que contar del 1 al 120, a un ritmo de un dígito por segundo. Con esa prueba hicimos un gran descubrimiento: tardé cinco minutos en contar hasta 120″, expresó. Los hallazgos de Siffre sugieren que, sin los ritmos circadianos que son guiados por la naturaleza a través de la salida y la puesta del sol, nuestros cuerpos parecen tener un reloj interno que funciona aproximadamente en un ciclo de 48 horas. Esta teoría fue reforzada a través de otros experimentos que realizó el espeleólogo francés a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria. LA NACIONSeguí leyendoEn Polonia. Encontraron una misteriosa daga de 2500 años de antigüedad que está vinculada a un antiguo “culto solar” Impactantes. Publicaron fotos del Monte Everest tomadas desde la Estación Espacial Internacional Origen incierto. Hallan en Egipto una ciudad perdida que fundaron hace 3400 añosTemasArqueologíaOtras noticias de ArqueologíaEn Italia. Descubrieron un pueblo romano de 2000 años de antigüedad que había quedado sumergido en un lagoOrigen incierto. Hallan en Egipto una ciudad perdida que fundaron hace 3400 añosNuevo panorama. Descubren dos momias de 7000 años con un ADN distinto al linaje del ser humano

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