En medio del creciente escrutinio público hacia los mecanismos internos de los partidos políticos españoles frente a las denuncias de acoso sexual, cuestionamientos recientes han surgido incluso entre militantes que dudan sobre la capacidad de las principales formaciones para actuar con eficacia y ofrecer garantías a las víctimas. Según publicó Cuatro, el portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Gabriel Rufián, manifestó que existe una percepción generalizada de insuficiencia y falta de claridad en los protocolos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), principal partido del gobierno, frente a incidentes de acoso y comportamientos sexistas en su organización.De acuerdo con la información difundida por Cuatro, Rufián se refirió en el Congreso a la presión que afronta el PSOE, especialmente tras la emisión de un reportaje en el programa ‘Código 10’, donde se presentaron denuncias de presunto acoso sexual contra José Tomé, presidente de la Diputación de Lugo y miembro del partido. Este episodio, añadió el canal, se suma a antecedentes como el denominado ‘caso Salazar’, que volvió a situar en el foco la actuación de la dirección socialista y de la Moncloa respecto a situaciones similares.Según consignó Cuatro, el portavoz de ERC consideró que los protocolos existentes no resultan suficientes ni contundentes, y sugirió que ni siquiera la cúpula socialista alcanza a evaluar de forma adecuada la eficacia de sus respuestas ante estos casos. Rufián afirmó que la ciudadanía y la militancia comparten la incertidumbre, señalando: “Nadie entiende lo que están haciendo”. Sobre el rol del Gobierno en el ‘caso Salazar’, Rufián subrayó: “Nadie entiende lo que está haciendo el PSOE, sobre todo lo que hizo Moncloa”, expresando una desconfianza ampliada hacia la gestión de los mecanismos internos en situaciones de acoso.El medio Cuatro reportó que la controversia se ha intensificado alrededor de la falta de transparencia institucional y el ritmo lento en la toma de acciones ante denuncias, lo que ha derivado en peticiones públicas y partidistas de revisión profunda de las políticas de igualdad y protección dentro del PSOE. Rufián planteó la existencia de dudas sobre si realmente la estructura del partido proporciona las garantías necesarias, tanto para quienes intervienen en procesos de denuncia como para quienes podrían hacerlo en el futuro. En sus declaraciones recogidas por el canal, el portavoz de ERC insistió en la necesidad de implementar salvaguardas robustas y en una reformulación integral de los procedimientos de atención, para garantizar mayor claridad y seguridad a las víctimas y denunciantes.Tal como publicó Cuatro, la atención en torno al presunto acoso sexual por parte de José Tomé reabrió el debate sobre la eficacia de los sistemas internos de los partidos para abordar situaciones de agresión sexual. Según el medio, la exigencia de acciones más proactivas y de mecanismos anti-represalia se ha extendido tanto entre la sociedad como en voces internas del PSOE, que ven la actualización de los protocolos como un paso ineludible ante la continuidad de casos con alto perfil mediático.El canal explicó que la secuencia de denuncias conocidas, junto con los señalamientos sobre la gestión del ‘caso Salazar’, tiene un impacto directo en la percepción ciudadana de los partidos. Para muchos militantes y observadores, reseñó Cuatro, la credibilidad de las agrupaciones políticas en el tratamiento de la violencia sexual depende de la severidad y transparencia con las que gestionen estas problemáticas. Las palabras de Rufián se inscriben en este contexto, al incidir en la obligación de los dirigentes de ofrecer respuestas claras, evaluaciones públicas de sus protocolos y metas de reforma encaminadas a mitigar la incertidumbre social.Según el análisis presentado en Cuatro, la controversia actual representa un desafío para la cúpula nacional del PSOE, cuyas actuaciones ahora son observadas bajo la demanda de hechos concretos que reflejen voluntad de cambio y efectividad en materia de igualdad y protección institucional. El debate ha impulsado peticiones para que los partidos eleven los estándares de prevención y minimicen cualquier posibilidad de represalia o desamparo de las víctimas. La presión pública y mediática, sumada a la voz de representantes como Rufián, mantiene la exigencia de una revisión que permita restaurar la confianza ciudadana en las capacidades de respuesta de los partidos frente al acoso sexual dentro de sus filas.Durante la cobertura de Cuatro, se señaló que una política eficaz de igualdad debe trascender las formulaciones normativas en papel e implicar la revisión constante de protocolos, así como la comunicación fluida de las medidas implementadas. Cuatro puntualizó que hechos como el de Tomé, sumados a otros antecedentes, ponen a prueba la disposición del PSOE y del resto de partidos para demostrar con actuaciones concretas la transformación de sus políticas internas y la robustez de sus sistemas de protección y acompañamiento a denunciantes. La falta de acciones rápidas y la limitada transparencia institucional continúan alimentando el debate en medios y redes, impulsando el reclamo de mayor claridad, reformas estructurales y vigilancia ciudadana sobre el cumplimiento efectivo de las garantías para quienes denuncian.
