Las esmeraldas, piedras preciosas de intenso color verde, han cautivado a la humanidad desde la antigüedad y hoy siguen ocupando un lugar destacado en el mundo de las gemas. Entre todas, las esmeraldas colombianas sobresalen por su color, pureza y una historia profundamente ligada tanto a la riqueza natural como cultural del país. Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp ChannelEl valor de estas piedras se remonta al antiguo Egipto, donde formaban parte de los tesoros de reinas y faraones, que las consideraban símbolos de belleza y poder.No fue hasta la llegada de los conquistadores españoles al territorio, que hoy es Colombia, en el siglo XVI, cuando se hallaron minas con esmeraldas de una calidad que superaba ampliamente a las conocidas hasta ese entonces. La esmeralda colombiana, una piedra preciosa única en el mundo En cuanto a la distinción científica de las esmeraldas colombianas que las hacen particulares en el mundo, Javier García Toloza, director general del Centro de Desarrollo Tecnológico de la Esmeralda Colombiana (Cdtec), explicó en entrevista con Infobae Colombia que el secreto reside en su composición química y en fenómenos ópticos únicos. “Una de las características más importantes y que permiten hacer a las esmeraldas colombianas tan distinguidas, además de su historia, es el color. El color de la esmeralda se debe al contenido de unos elementos químicos que llamamos cromóforos o colorantes, estos son: cromo, vanadio y hierro. El elemento cromo genera una fluorescencia especial en la esmeralda que podemos percibir al usar una lámpara UV, como las de prueba de billetes, la esmeralda bajo esta lámpara se va a ver roja”, señaló García Toloza. Agregó que la baja concentración de hierro en los ejemplares colombianos influye para que su verde sea percibido como más “vibrante o vivido”, a diferencia de lo que ocurre con esmeraldas procedentes de otras regiones, donde la presencia de hierro es mayor y el color se percibe con menor intensidad.El experto resaltó también las dificultades para reconocer una esmeralda a simple vista, de manera no profesional, mencionando distintos criterios a tener en cuenta: “El primero, si no conoce de esmeraldas, es mejor acudir a un laboratorio gemológico. Si tiene un conocimiento, así sea básico, puede tener en cuenta aspectos como: color, si es homogéneo o está concentrado en algunas partes, si tiene dicroísmo, las inclusiones fluidas y sólidas, entre otros aspectos”.Y añadió: “También es muy importante la formalidad de la persona que ofrezca las esmeraldas. Entre las asociaciones que conforman la Federación Nacional de Esmeraldas de Colombia (Fedesmeraldas) se encuentran la asociación de exportadores y la de comercio local, que le permitirá tener más confianza con las piedras que desea adquirir”, afirmó García Toloza en sus declaraciones.En términos de ventajas competitivas frente a países como Zambia o Brasil, grandes exportadores de esmeraldas en el mundo, García Toloza destacó la exclusividad geológica de los yacimientos colombianos.“La geología de las esmeraldas colombianas es muy especial, casi que única, eso ya se convierte en una huella o firma muy especial. Precisamente ese contexto de formación le imprimió las características que la hacen única y podemos hasta ahora hablar de un producto exclusivo, no hay depósitos desarrollados como yacimientos de este tipo en ninguna otra parte del mundo”, declaró el directivo a Infobae Colombia.Además de sus características geológicas, estas piedras poseen un origen mítico basado en la legendaria historia de Fura y Tena, un relato del pueblo Muzo que explica la creación de las esmeraldas a partir de las lágrimas de Fura tras la muerte de su amado Tena.Los muiscas fueron la sociedad prehispánica con mayor vínculo religioso y comercial con las esmeraldas, usándolas en ofrendas religiosas arrojadas a lagunas y templos, como evidencian hallazgos arqueológicos en el Museo del Oro de Bogotá. El color verde era de suma importancia para los muiscas, pues se relacionaba con el inframundo y los valores de agua, fertilidad y vida. La economía era basada en la producción agrícola, la orfebrería en oro tumbaga y el intercambio de esmeraldas entre muzos y muiscas, que recurrían a mantas y cerámica para obtener la codiciada piedra verde.La combinación de mito, ciencia y tradición otorga a las esmeraldas colombianas un estatus singular en la joyería y la cultura mundial, consolidando su reputación como uno de los mayores tesoros naturales del planeta.
