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De edificio emblemático a polo cultural: visitamos el depto-taller de una artista en el Pasaje General Paz

>LA NACION>Revista LivingLa casa-atelier de Michelle Dabul es parte de una comunidad de jóvenes creadores que vive y se inspira en el corazón de esta gema de la arquitectura porteña.6 de octubre de 2022Lucrecia ÁlvarezKarina ContiniLa mano ligera, la mirada inteligente y la concentración pura. Cuando dibuja, Michelle Dabul parece elevarse. Esta joven artista cumplió el anhelo de mudarse al Pasaje General Paz: “Se armó una comunidad, un grupito de amigos de la misma edad, artistas, cineastas, músicos… Salimos juntos, hacemos comidas y nos visitamos”, dice sobre la vida nueva que toma esta arquitectura de 1925.“Estoy sobre la fachada, eso me da mucha luz, ventilación cruzada y una hermosa vista del patio central”.Daniel KarpDicen que nadie se quiere ir del Pasaje, por eso Michelle tuvo que insistir varios años hasta conseguir esta unidad que, para ella, es la mejor.La luz es el quinto elemento en la obra de Dabul, de ahí la importancia de haber conseguido un departamento en el luminoso tercer piso del Pasaje. Vida de artistaDesde la mesa de trabajo, vista hacie el living y el balcón.Daniel KarpEl proceso de las obras de Michelle (podés escucharla haciendo click acá) empieza haciendo germinar hongos en pétalos de flores. Luego, esta artista que además es arquitecta, estudia sus patrones de crecimiento y los plasma con tinta china en capas superpuestas de papel vegetal.Detalle de dos obras de Michelle Dabul: “To undress” (izq.) y “Rojo porque Japón”.”Me encontré en un lugar muy hermoso que me súper inspira, dibujo todos los días. Mi casa es, literalmente, una casa-taller.” Michelle DabulEl tubo de iluminación (Huup) se hizo según los requerimientos de Mischa: “Necesitaba luz pareja para dibujar a toda hora y moverme sin tener sombra nunca”. Mesa a medida (La Base Studio).Daniel Karp“Alrededor de esta mesa sucede mucho de mi vida”, dice Mischa, que calculó minuciosamente las medidas pues dibuja de pie, rodeando la hoja.La mano levita sobre el papel: un sinfín de trazos mínimos dibujará la delicada vida de una colonia de hongos, que las superposiciones volverán a multiplicar en un ciclo infinito.Daniel KarpSus trazos en videoTrazos de Michelle DabulEcos de OrienteJapón está en los papeles traslúcidos, los juegos de sombras, las superposiciones. Y, también, en lo que trasmite ese mundo artístico de apariencia mínima que guarda multitud de sentidos.Alfombra (Elementos Argentinos), sillones de pana (Bull), velas (Bohemia Velas), lámpara de pie (Flo’s Market) y macetas con plantas (Ciudad Naturaleza).Daniel Karp“La cultura de Oriente me conecta con lo íntimo. Tiene una filosofía que guarda en el centro lo esencial. Está en mi obra y en mi espacio”Sin un comedor convencional, almuerzos y cenas son en esta mesa ratona (Mono Giraud). El kimono antiguo suma el toque oriental en brillante seda roja.Daniel KarpOtra constante es el color azul que la dueña de casa aplica en su trabajo como en alfombras, almohadones y adornos: “es noble, atemporal y me transmite mucha paz”, comparte.Un espejo apoyado contra la pared multiplica la luz. Abanico antiguo (Misa Criolla). Daniel KarpEn el dormitorio, minimalismoEnemiga de la acumulación, Michelle sintetizó al máximo los elementos de su cuarto: una cama baja, un perchero y los rayos de luz entrando por el ventanal de este tercer piso que se eleva sobre el patio del pasaje.Cama baja con manta y almohadones (Lote Propio), perchero ‘Pino’ y mesa de luz (ambos de Sticotti), detrás de la que se ubicó una lámpara de pie regulable.Daniel KarpEn comunidadEl edificio atraviesa la manzana y tiene acceso por dos calles, Zapata y Ciudad de La Paz, pero su rasgo distintivo es el patio con sus balcones comunes. “Nunca te sentís solo”, afirma la artista.Las unidades al frente, como la de Mischa, tienen un balcón a la calle y otro hacia adentro con vista completa de la zona central, sus puentes, sus canteros y las coloridas mayólicas.Daniel Karp

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