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41 años después. Los “Halcones” se reunieron junto al Marjory Glen, el buque sobre el que practicaban sus ataques a la flota inglesa

escuchar>LA NACION>LifestyleLos integrantes de Grupo 5 de Caza, pilotos de A4-B Skyhawk, que tanto daño le hicieron a la Task Force, participaron de la inauguración de un memorial frente al centenario barco que usaron de blanco en 19823 de marzo de 202314:47Claudio MeunierPara LA NACIONescucharLos “Halcones” volvieron a Punta Loyola, estuario natural de Río Gallegos. La capital de la provincia de Santa Cruz fue su nido en tiempos de guerra. Allí hizo base el Grupo 5 de Caza de la Fuerza Aérea Argentina que castigó a la Armada Británica, la segunda flota más poderosa del planeta, con sus temibles A4-B Skyhawk. Desde la pista de la Base Aérea Militar despegaron para completar sus 133 misiones de combate.Ayer, jueves 3 de marzo, 41 años después de la Guerra de Malvinas, los pilotos que integraron los dos escuadrones volvieron a vestir sus ropas de combate (overol y campera de vuelo con todos sus parches) para participar de la inauguración de un memorial que recuerda su gesta y honra a sus nueve pilotos caídos en la batalla. El monumento está ubicado junto al casco del centenario Marjory Glen, buque que resultó fundamental en la formación de los “halcones”.Tres “Halcones” junto al Marjory Glen: Sergio Gustavo Mayor, Mario Roca y Marcelo Moroni (Gentileza S. Mayor)LA CEREMONIARío Gallegos, jueves 3 de marzo. El rugido del mar, el viento patagónico, el frío, la jornada con nubes se mezcló con la irrupción de un ronquido que los pobladores reconocieron al instante, el de una turbina que sobrecogió a los presentes. Un caza FMA IA-63 Pampa realizó pasajes a baja altura sobre el nuevo memorial que testimonia una increíble historia que forjaron en sus acciones los pilotos del Grupo 5 de Caza pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina.Un caza FMA IA-63 Pampa sobrevoló Punta Loyola durante la ceremoniaLa cita, abierta a la comunidad, congregó a la población de Rio Gallegos, autoridades castrenses, aviadores veteranos de guerra del Grupo 5 y familiares de los pilotos caídos en combate. El memorial, realizado con aportes de la Compañía General de Combustible, del grupo Eurnekián, y de la empresa COAM, se emplazó junto al casco del buque Marjory Glen, de origen escocés, construido en 1892, encallado en Punta Loyola.El memorial consiste en tres tótem. Uno de ellos recuerda a los pilotos caídos en combate, en 1982, y también a aquellos que partieron luego de la guerra. Los dos restantes reúnen las huellas (ambas manos) de los “halcones” sobrevivientes, ordenadas por escuadrón de pertenencia.Dos tótem recuerdan a los pilotos que sobrevivieron al conflicto, con la impresión de sus manos. (Gentileza Marcelo Moroni).Los “Halcones”, junto a sus familiares y vecinos de Río Gallegos, con el Marjory Glen de fondoEL PRIMER BLANCO DE LOS HALCONESEl casco de Marjory Glen, remozado, también es parte del memorial. El buque declarado histórico y turístico, es accesible a pie, quedó varado allí luego de un voraz incendio que lo consumió a comienzos en 1911 mientras transportaba 1.800 toneladas de carbón.El buque Marjory Glen incendiado el 15 de septiembre de 1911 que desemboco en su destruccion. ( Fotografia Jean de Liniers).En las semanas previas a la Guerra de Malvinas, el Marjory Glen fue utilizado por los “halcones” como elemento de práctica. Se convirtió en el primer blanco del conflicto. Soportó estoicamente disparos de cañón de veinte milímetros y las bombas lanzadas por los Skyhawk A-4B que ensayaban aproximaciones de ataque a baja altura, de entre cinco y quince metros sobre el nivel del mar, como harían luego en las islas, a una velocidad promedio de 900 kilómetros por hora. Los perforaciones producidas por los impactos son visibles aún hoy.De izquierda a derecha: Los “Halcones” Rinke, Carballo, Carmona y Cachón, frente al Marjory Glen. (foto: gentileza Esteban Gabriel Brea)Los mismos “halcones” Carballo, Barrionuevo (oculto, apenas se ven sus botas), Carmona, Cachón, Rinke en 1982El adiestramiento que realizaron los pilotos sobre el Marjory Glen tuvo un impacto directo en el combate. Se hizo evidente durante el ataque a la fragata Argonaut, en el estrecho de San Carlos, el 21 de mayo, en el que participaron el entonces Teniente Vicente Autiero, el Primer Teniente Filippini y el Alférez Vottero.Filippini voló tan bajo durante el ataque que una de las aletas de sus tanques de combustible suplementarios, colocados debajo de las alas, golpeó las antenas de la Argonaut. Autiero, que venía detrás de Filippini, bombardeó la fragata y cruzó por el hueco que abrió Filippini al cortar sus antenas. Los dos estuvieron presentes ayer en Punta Loyola.Uno de los tótem que recuerda a los “Halcones” fallecidos en los años posteriores a la guerra (Gentileza Marcelo Moroni).El Brigadier Mayor Vicente Autiero (RE) VGM comentó a LA NACION: “El buque Marjory Glen ya tenía su historia, la de un barco que transportaba carbón y terminó incendiado en una playa argentina. Pero nosotros le dimos un valor agregado: es también el buque sobre el que realizábamos vuelos tácticos para hacer más efectivos nuestros ataques a la flota británica. Esas prácticas, que pocos conocen, fueron clave para disminuir la cantidad de bajas entre nosotros. Este memorial es un símbolo de unidad en Río Gallegos, nuestro segundo hogar. Vinimos hasta acá para acompañar a los verdaderos héroes, nuestros superiores y compañeros que cayeron en combate. ”.Las huellas de los pilotos, realizadas sobre una batea de fibra con dilución de hormigón especial, resistente a las inclemencias del tiempo. (Gentileza S. Mayor).LOS TEMIBLES SKYHAWKLos ataques simulados en vuelo rasante al Marjory Glen pueden encontrarse replicados en la mayoría de las misiones realizadas por los pilotos de los dos escuadrones del Grupo 5 de Caza, que tienen un historial de combate contundente. A continuación, algunos de sus impactos:Averías severas al destructor clase 42 HMS Glasgow, el 12 de mayo de 1982, que debió retirarse del área de combate por el tiempo que duró la batalla aeronaval.Averías de consideración a la Fragata HMS Argonaut, el 21 de mayo de 1982, que debió ser retirada del área al explotar una caldera y ocasionar la detonación de tres misiles Sea Cat luego de ser impactada por dos bombas.Hundimiento de la fragata tipo 21 HMS Antelope alcanzada el 23 de mayo por dos bombas. Una de las bombas explotó durante la noche, mientras los ingleses intentaban desactivarla. De allí devino en su hundimiento.Averías de consideración al buque logístico Sir Lancelot que debió ser abandonado y dejado al garete luego de ser alcanzado por una bomba de la escuadrilla “Nene”.Hundimiento del destructor HMS Coventry que se fue a pique el 25 de mayo de 1982 en 19 minutos alcanzada por tres bombas.Averías de consideración a la fragata HMS Broadsword, alcanzada por una bomba que produjo daños de consideración en su popa.Destrucción total del buque logístico RFA Sir Galahad, graves averías al Sir Tristam y hundimiento del Lanchón Foxtrot 4, los tres hechos acaecidos el 8 de Junio en la Bahía Fitz Roy.Desde el Skyhawk, el Teniente Sergio Mayor, piloto del Segundo Escuadrón, devuelve el saludo al personal el 21 de mayo de 1982 antes de partir hacia el estrecho de San Carlos. (foto: gentileza Atilio Maggi).El historial incluye la última misión de ataque que realizó la Fuerza Aérea Argentina sobre un objetivo terrestre: un puesto de comando británico clave para las operaciones. A pesar de la superioridad aérea, terrestre y marítima de la Fuerza de Tareas Británica, siete A-4B lograron sortear las defensas enemigas sin ser avistados y realizaron su ataque en dos oleadas, causando gran impacto sobre las fuerzas terrestres inglesas que fueron sorprendidas por los jets argentinos. Si bien algunos Skyhawk fueron alcanzados por el fuego enemigo durante el escape, todos lograron regresar a Río Gallegos.Ayer el Brigadier Mayor (RE) VGM Sergio Gustavo Mayor, uno de los pilotos que integro la misión del ataque al puesto de comando, estuvo presente en la ceremonia y dejo plasmadas sus sensaciones: “Al dar inicio a la ceremonia, el sol emergió y el viento se calmó. La Patagonia nos dio su regalo, pero no fue el único: nos encontramos con la comunidad de Río Gallegos, los vecinos que fueron y son nuestros amigos, que nos acompañaron durante la guerra. Fueron tremendamente generosos con nosotros y nos contuvieron durante el conflicto. Ayer estuvieron presentes junto a nuestras familias“.Los Halcones del Segundo Escuadrón A-4B del 5 Grupo de Caza. Mario Roca, Antonio Zelaya, Sergio Gustavo Mayor, Hector Sánchez, Marcelo Moroni y Luis Alberto Cervera. (Gentileza L. Cervera).Marcelo Carlos Moroni, hoy retirado con el grado de Capitán de la Fuerza Aérea Argentina, uno de los pilotos más jóvenes que tuvo el 5 Grupo de Caza en el tiempo de la guerra, dejó sus impresiones sobre la jornada vivida: “Fue muy importante para los pilotos, los familiares de los caídos y para mí. Las empresas que trabajaron para concretar este hecho nos regalaron un día soñado. Las palabras de Pablo Aversano, espontáneamente mentor del proyecto sin tener nada que ver con nosotros, que nos acompañó con sus operarios, demostró que los argentinos somos solidarios. Algo para resaltar fue el acompañamiento mutuo con los familiares de nuestros pilotos caídos, viudas, hijos, hermanos… Su presencia fue importante para el acto”.Mayólica en recuerdo de los nueve halcones caídos durante la Guerra de Malvinas, en 1982. (Gentileza Marcelo Moroni).El Capitán Luis Alberto Cervera (RE) VGM, presente en la ceremonia, destacó la alegría de volver a reunirse con sus compañeros de escuadrón, personal de tierra y pilotos: “Fue gratificante reencontrarnos todos los ‘halcones’ con nuestras camperas de vuelo, nuestros overol, nuestros escudos viejos, gastados, cargados de historia, cargados de horas de vuelo. Recordar los momentos duros que nos tocó vivir y estar acompañados por nuestras familias, en mi caso, con Joaquín, mi hijo mayor. Fue muy emotivo. Desde ayer, el Marjory Glen es un lugar relevante para cualquier argentino que quiera saber cómo le tiramos a la flota adversaria. Los buques que fueron tocados por nuestras bombas yacen hundidos, pero se puede ir a Punta Loyola a ver el Marjory Glen y ahí van a poder apreciar cómo tiraban los halcones, se pueden ver los impactos de nuestras bombas y nuestros tiros de cañón”.Luis Cervera junto a su hijo Joaquín junto al tótem donde se hallan impresas sus manos. (Gentileza Luis Cervera).EL ÚLTIMO VUELO DE DUBOURGUnas líneas aparte merece el recientemente fallecido Comodoro (RE) VGM Ernesto Ricardo Dubourg. Ya había dejado impresas sus huellas en uno de los tótem. Pero, desde ayer, también se encuentran allí sus cenizas. Su hija, cumpliendo el último deseo de su padre, uno de los dos líderes del Grupo 5 de Caza, las esparció en la playa. “Quería que sean arrojadas al mar, en Río Gallegos, para que sus cenizas puedan finalmente reunirse con la de sus nueve pilotos, esos hombres que tanto extrañó”, contó uno de sus camaradas. La ceremonia, de carácter íntimo, reunió a todos los “halcones”.El comodoro Dubourg apoya sus manos sobre el cemento en Villa Reynolds secundado por el Dr. Mario Paradelo. (Gentileza Luis Cervera).Dubourg siempre recordaba a sus nueve pilotos caídos en combate. Se refería a ellos cada vez que podía repitiendo este mantra: “La muerte de un hombre por una causa honrosa dignifica su existencia. No vale la pena vivir, sin una causa por la cual morir. El hombre cuando trasciende puede derrotar a la muerte, pues nadie se va para siempre, mientras perdure su recuerdo y su ejemplo”.ADIÓS A UN HALCÓN. HOMENAJE A ERNESTO “CONEJO” DUBOURG, LÍDER DE UN ESCUADRÓN LETAL QUE SORPRENDIÓ A LOS INGLESES EN MALVINASEl Marjory Glen dejó atrás una era de abandono. Solía ser objetivo de graffiteros, refugio de turistas que lo utilizaron como parapeto para realizar asados o depósito de basura. El buque, renovado, hoy es parte del legado de los “halcones”.La mayólica histórica que acompaña al casco informa al visitante: “Este es el buque Marjory Glen, construido en 1892 en Grangemouth, Escocia. Este es un lugar histórico, por favor, no lo ensucie, ni lo pinte. Cuídelo y respételo. Futuras generaciones merecen conocer nuestra historia”.Interior del casco del Marjory Glen. (Foto: gentileza Fundación Histarmar).Claudio MeunierConforme a los criterios deConocé The Trust ProjectTemasFuerza Aérea ArgentinaMalvinas40 años de la Guerra de MalvinasRío GallegosTodo es historiaMás notas de Fuerza Aérea ArgentinaAdiós a un Halcón. 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