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El Met de Nueva York impulsa el debate de la propiedad cultural y rastrea la procedencia de sus fondos artísticos

El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (Met) contará con un equipo de cuatro expertos encargados de rastrear el origen de piezas sospechosas, es decir, procedentes de saqueos o expolios. La presión de gobiernos extranjeros y actuaciones judiciales contra el tráfico ilegal de obras de arte han empujado al museo a una revisión de sus fondos, en marcha desde hace tiempo en un contexto global de relectura crítica de la historia: los últimos coletazos de la descolonización se encarnan hoy en el viaje de retorno de mármoles, cráteras o bronces al lugar del que fueron arrancados. La creación del equipo de rastreadores, un esfuerzo complementario a la labor de los conservadores e investigadores del museo durante décadas, obedece en parte a contenciosos como el que la institución mantiene con Camboya. Se trata, en suma, de redefinir el concepto de propiedad cultural y de hacerlo, por primera vez, de forma sistemática.Seguir leyendoEl expolio nazi y la historia de dos Murillo del museo MeadowsCapítulo aparte en la historia de la rapiña merece el expolio nazi de obras de arte. Como la película de George Clooney The Monuments Men, equipos de investigadores y peritos han rastreado y rastrean museos y colecciones privadas en pos de patrimonio robado. Lo sabe bien Amanda Dotseth, directora del Museo Meadows de Dallas. “Tuvimos un caso con dos pinturas de Murillo, Santa Justa y Santa Rufina, compradas por Algur H. Meadows en los años sesenta, y descubrimos que habían sido incautadas por los nazis a la familia Rothschild en Francia. Lo investigamos y lo publicamos hasta llegar a encontrar la evidencia de que esas dos obras se habían devuelto a sus dueños antes de que las adquiriéramos y se incorporaran al Meadows”. La labor de investigación previa previno cualquier sobresalto posterior, la reclamación judicial de los legítimos propietarios. Dotseth, que esta semana ha recibido en Madrid el X premio Bernardo de Gálvez, defiende profundizar en el escrutinio. “Estoy de acuerdo en que hay que seguir las mejores prácticas tanto de la Alianza Americana de Museos (AAM) como de la Asociación de Directores de Museos de Arte (AAMD), de la que formamos parte. En el Museo Meadows seguimos la llamada diligencia debida, la investigación de la procedencia de las adquisiciones. En el caso de que encontremos que una obra ya en nuestra colección tenga un dudoso origen profundizamos en ello. Siempre hay que seguir investigando la historia de los orígenes de una obra, tanto como su historia moderna”. El hecho de que se trate de un museo universitario, adscrito a la Universidad Metodista del Sur, “hace que nos dediquemos a la investigación y a ir publicando sobre las obras que la conforman, compartiéndolo con la comunidad académica y museística”.

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