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El PSOE andaluz se resetea

“Voy a estar mucho en Andalucía en los próximos meses, querido Juan”. El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se dirigía así al líder de los socialistas andaluces, Juan Espadas, en el acto de arranque del curso político en Málaga el sábado pasado. Desde 2012, ese territorio, que siempre había sido el caladero de votos de la formación, el PSOE no había dejado de perder apoyo electoral, hasta el punto de que, tras la mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno en las autonómicas de 2019 se había empezado a hablar de un cambio sociológico en Andalucía hacia la derecha. En las generales, sin embargo, y aunque el PP volvió a ganar en la región por tercera vez consecutiva , el PSOE pudo hacer de dique de contención y, pese a que perdió dos diputados respecto de 2010, pudo limar unos escaños, que en Génova daban por seguros, impidiendo a Alberto Núñez Feijóo garantizarse la investidura. Engrosar ese músculo, que muchos creían desinflado, forma parte de la futura estrategia socialista, siempre que primero, eso sí, se solvente la incertidumbre de la investidura.Seguir leyendoRescatar el voto del centro y afianzar el Sumar andaluzEn el PSOE de Andalucía se considera que buena parte del voto de simpatizantes socialistas que en las anteriores citas electorales se decantó por el líder del PP, Juan Manuel Moreno, empezó a regresar en las generales a la formación y creen que el desgaste del presidente de la Junta puede ahondar en esa tendencia. Varios de los dirigentes consultados consideran que “después de haberse escorado a la izquierda para evitar el sorpasso de Podemos, para aspirar a la mayoría toca trabajar el centro, un voto que ha estado absorbido por Ciudadanos y que ahora se lo ha llevado el PP”. Sin embargo, otros piensan que en un tiempo en el que las mayorías absolutas son excepcionales, la alternativa pasa por reforzar la izquierda del PSOE. “Pactar con ellos es la única manera de poder volver a gobernar la Junta”, sostienen. Un ejemplo evidente y que aún escuece es la alcaldía de Sevilla que se perdió porque las izquierdas concurrieron por separado. La suma de sus votos hubiera otorgado al candidato socialista la opción de gobernar. Algún dirigente aboga por ceder a las formaciones de la confluencia el protagonismo de banderas netamente socialistas como la memoria democrática o materias de igualdad.

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